babilonia en guagua
El monolito
Aparte de la saga de Bourne, en nuestros peñascos atlánticos somos expertos en la tragicomedia
En estos días azules de mitad de septiembre el Chicharro huele a celuloide . Cual Mr. Marshall, los americanos han elegido a la capital de Tenerife para una superproducción muy chula que dejará un buen puñado de billetes entre los vecinos y profesionales. Lo cual con eso y con verse un tiempo en las pantallas de un cine, ya es una alegría para todos.
Aunque esto no es nuevo. Aquí sabemos mucho de películas y de dramaturgia. Aparte de la saga de Bourne, en nuestros peñascos atlánticos somos expertos en la tragicomedia , que además la interpretamos con un ahínco digno de cualquier eterno candidato a las hollywoodienses estatuillas.
En el país de los antagonismos, un viejo monolito vuelve a posicionar a la opinión pública en dos trincheras. La piedra en cuestión, conmemora la reunión del contubernio encabezado por el que bautizaron con el superlativo de General, para alzarse contra el sistema democrático republicano. Obviamente el adefesio fue erigido por los que ganaron , henchidos de gozo al sentirse herederos de los valores de Occidente en lo universal y blablablá.
El Cabildo Insular de Tenerife con un ligero retraso de ochos años acaba de anunciar que –por fin- procederá a su demolición para dar cumplimiento a la Ley de la Memoria histórica. No han faltado voces pétreas en la defensa del ídem para mantenerlo como huella histórica y otros argumentos dignos de un país en que el 25% de la población cree que el Sol gira alrededor de la Tierra, un 24,8% del share conecta con la edición diez y shhh de GH y un número indeterminado emula al Planeta de los Simios con celebraciones tales como el Toro de la Vega. Vamos, que el dramón lo llevamos impreso. Las casualidades no existen.
4.000 euros cuesta la demolición para el área encargada de la cosa. El problema no es ese, sino el precio que costó levantarlo. Incalculable. Ese elemento fálico supuso miles de vidas segadas, rotas o violadas moral y físicamente. Por si por si fuera poco el escarnio, otras muestras de ese dudoso arte onanista se encuentran repartidas por el resto del territorio nacional amparadas en representantes políticos anclados a una justificación cavernícola.
La egolatría heredada de una historia quijotesca, el complejo no superado de la quinta generación que perdió el imperio de ultramar de la monarquía Austria y el panderetismo aplicado a la democracia son los moldes que han tallado el complejo panorama político, económico y social.
La factura la pagamos entre todos, porque la mejor herencia que se puede dejar a las futuras generaciones no son bloques hormigonados con la división y la represión de las libertades individuales, sino la solidez de unos valores transmitidos desde la construcción de estructuras democráticas preparadas para asumir los retos de este nuevo siglo. Que a todas estas, ya lleva 15 años y todavía seguimos con debates decimonónicos .
Buenos días, y por si no volvemos a vernos: Buenos días, buenas tardes y buenas noches.