BOBERÍAS ECONÓMICAS
La nueva musa de los antiturismo
La señora Becker cae en el enorme error de identificar la economía con lo no democrático
LA periodista Elizabeth Becker , excorresponsal de «The New York Times», declaró en una reciente entrevista en el diario «El País» que «siempre se analiza el turismo desde el punto de vista de la economía, pero es un asunto de democracia».
La señora Becker cae en el enorme error de identificar la economía con lo no democrático. Cada vez que compramos algún bien o servicio estamos actuando económicamente y mostrando nuestras preferencias temporales, es decir, estamos votando qué bienes o servicios nos interesan. Los empresarios tendrán que satisfacer las demandas de los consumidores con los mejores precios y calidades si quieren triunfar en el libre mercado. Dado que cada vez que intercambiamos bienes y servicios estamos mostrando o votando nuestras preferencias, eligiendo unos bienes frente a otros, podríamos llegar a decir que el mercado es probablemente el medio más democrático que existe.
Sin embargo, cuando la señora Elizabeth Becker dice que es un asunto democrático que no debe ser visto desde el punto de vista económico, lo que está mostrando es precisamente un odio profundo al libre mercado. No soporta que los distintos individuos que conforman nuestra sociedad puedan elegir libremente venir a Canarias a pasar una temporada o el derecho de cualquier otra persona a satisfacer sus deseos. En definitiva, detesta que haya libertad y quiere ser ella quien decida por nosotros qué sitios podemos visitar, cuándo podemos hacerlo y bajo qué condiciones. Es más, utiliza la palabra democracia no solamente para eliminar nuestras libertades, sino también para depositar en los cerebros privilegiados de nuestros políticos (seguro que les viene a la mente más de uno de nuestras Islas) la toma de las decisiones sobre cómo deben ser los hoteles, cuántos debe haber, dónde tienen que estar y cuál es el número de turistas que nos podrían visitar.
Los amantes de las regulaciones, del intervencionismo y del socialismo en general sobre el territorio y el turismo en Canarias están de enhorabuena. Por fin tendrán una musa a quien venerar, alguien a quien citar y que les sirva para avanzar en la eliminación de nuestras libertades y, por lo tanto, en el incremento de nuestros impuestos y regulaciones. Esperemos que estas ideas no tengan mucho éxito, porque será el fracaso de todos, seremos más pobres y pronto volverá a ser el turismo únicamente para unos pocos privilegiados.