babilonia en guagua
La ciencia micción made in Canarias
El Facebook ya no es la hoguera de nuestras vanidades, ni un espejo empañado para mostrar al mundo lo felices que somos
En estos días azules se acaba julio, y no se sabe muy bien si por eso, han sido pródigos para jornadas de vino y rosas. Aunque también para alguna genuflexión. Y de esta mezcla tan dicharachera, se generan los lodos que actualmente todo lo bañan.
Si uno fuera mal pensado, diría que el panorama político y social baifo tiene su origen en el Área 51. Un poco de conspiración y otro poco de paranoia, son los ingredientes necesarios para redactar las noticias que empapelan nuestros cafés de media mañana. O una de dos, o esto es un mal sueño producto de una cola caducada en la final de España '82; o bien se trata de un experimento de docilidad colectiva para medir nuestra capacidad de insensibilidad.
Noticias que dicen o cuentan, los dislates de los nuestros con la cosa pública. Otros que no sabían o que se hacen los despistados para despistar al personal y un reguero de sucesos que bien parece que nuestros pueblos se transformaran de la noche a la mañana en algo parecido a Soweto . ¿Alguien en su sano juicio nos puede sacar de dudas? Area 51 no sabemos, pero por lo menos es para tener la mosca detrás de la oreja.
Decían que como es arriba es abajo, y no cabe la menor duda que lo que vemos impreso o en las pantallas, no son sino un reflejo de lo que podemos experimentar en la vida real. O tenemos un agobio prolongado debido al calor o la tensión la llevamos atada a nuestra sombra.
El Facebook ya no es la hoguera de nuestras vanidades, ni un espejo empañado para mostrar al mundo lo felices que somos. Eso era antes, ahora es un campo de batalla donde una opinión acerca del buen tiempo, deriva en el cambio climático y de ahí a los inescrutables caminos de la demagogia humana. Ni qué decir el Twitter, lo más cercano al patio de vecinos que se sacan el cuero desde el primer segundo: es la guerra digital.
La tolerancia, esa virtud otrora humana, ahora parece que fuera exclusiva del terreno de la ciencia micción. Alimentada por la ficticia escasez de los que sientan sus alegres posaderas en la poltrona de turno y los que apuntalan con su lengua la misma, la tolerancia se desangra en tendencias cada vez más enquistadas y alejadas del consenso democrático.
Por debate se entiende discusión, por ideología se entiende fanatismo y por democracia se entiende ir a votar cada cuatro años. O no. Y con esta escasa cultura democrática en particular, y universal en lo general, no deja de aumentar el líquido del caldo de cultivo que alimenta el odio y la división entre las personas que vivimos en estos peñascos atlánticos.
Soluciones alejadas del consenso y de la lógica humana que se pierden en cuestiones del credo de la división. Un asunto de trapos o de banderas para marcar la frontera entre los nuestros y los enemigos . Marcados como bestias para que nos sea más fácil calibrar al prójimo, como si fuera un elemento fundamental en la lógica. Visto lo leído, esta claro que sí.
Buenos días, y por si no volvemos a vernos: Buenos días, buenas tardes y buenas noches.