entrevista

Rogerio Koehn: «Ninguna familia en dificultades debe quedarse sin agua»

De la mano de los ayuntamientos, en Canaragua entienden que la aplicación de las tarifas sociales es uno de los ejes de la RSC de una empresa de servicios

Rogerio Koehn: «Ninguna familia en dificultades debe quedarse sin agua» alejandro quevedo

b. sagastume

En Canaragua entienden que ser responsable significa «cumplir las obligaciones o, también, poner cuidado y atención en lo que se hace o decide». Por eso, asumen como un compromiso adquirido , desde la creación de la compañía: el honrar determinados aspectos de la relación con el conjunto de la sociedad. Rogerio Koehn lo explica en esta entrevista.

-¿Qué es la tarifa social? -La prestación del servicio de agua es algo público, pero también social. Es el suministro de un bien de carácter esencial y, por lo tanto, hay una parte de la población que en algún momento puede tener alguna dificultad para pagarlo. Lo que hace la empresa en más de mil servicios distintos en distintas partes del mundo es entender la problemática social de las familias que se encuentran en problemas para pagar el servicio.

-Esto no pueden hacerlo solos, alguien tiene que decir a quién, a qué hogares debe darse esta posibilidad. -La empresa trata de transmitir a sus clientes, a los ayuntamientos, que deben crearse mecanismos para que el municipio asuma parte de esa responsabilidad, porque la empresa no puede ser juez y parte en determinar quiénes son los beneficiarios de estas políticas. Es la parte pública la que debe definir quiénes, por su coyuntura, pueden acogerse a la tarifa social.

-Además, habrá situaciones diferentes según la ciudad o isla de que se trate. -Ciudades y comunidades autónomas... es muy diferente, digamos, una ciudad turística, como San Bartolomé de Tirajana o una más doméstica, urbana, como Telde. Aunque, pese a lo que se cree, en lugares eminentemente turísticos también existen familias con dificultades o vulnerables.

-¿Desde cuándo aplican la tarifa social? -Es una necesidad que se acentúa cuando comienza la crisis. Llevo unos quince años en la compañía, en el grupo AgBar, y tengo que decir que siempre hemos entendido que debemos atender a las familias que tienen dificultad para pagar el servicio. La clave, creemos, es que ninguna familia en situación de vulnerabilidad se quede sin agua.

-Suena muy bien, pero igual de importante ha de ser conseguir que todos paguen. -Hay un componente importante de sostenibilidad en la prestación de agua: hay que pagar por esa contraprestación. Sabemos que puede sonar antipático al decirlo, pero cuando no se paga, deben articularse mecanismos para poder cobrar. En el agua, lo que históricamente existe es el corte. Es cierto que con la crisis se ha acentuado. Pero al hacer «zoom» sobre los cortes advertimos que no necesariamente son todos de bajos recursos. Realmente, hay una dignidad increíble en personas y familias que hacen un gran esfuerzo por pagar y estar al día, aunque estén en una situación económica difícil.

-¿Hasta cuándo se aplica la tarifa social? -Cada caso es diferente y se evalúa cada año o cada dos años, para saber si persiste la situación que justifica la tarifa especial. Los servicios sociales de los ayuntamientos nos prestan en esto una gran colaboración y se articulan medidas como el pago fraccionario o la concienciación sobre el uso razonable del recurso.

-Es que el derroche debe ser, necesariamente, incompatible con este tipo de bonificaciones. -No es lo mismo una familia de bajos recursos que utiliza el agua de forma no responsable que la que hace un uso muy medido del servicio y por eso la tarifa social está enmarcada en unos determinados metros cúbicos. Pero creemos que debe aumentarse la conciencia, en aquellas personas que, de alguna manera, están siendo subsidiadas por otras, en que deben hacer un uso responsable del servicio.

-Como sabemos, en Canarias la crisis ha golpeado más que en el resto de España. ¿Eso se traduce en una morosidad más significativa? -No, la morosidad es similar que en el sur de España; Canarias, Murcia, Andalucía y Extremadura tienen en esto números similares.

-¿Hasta qué punto puede hablarse de viabilidad de estas tarifas sociales? -La responsabilidad social debe ser sostenible en el tiempo y para ello la operación del ciclo integral del agua debe ser, también, sostenible económicamente. De nada sirve que se haga en base a subsidios. El sistema debe ser autosuficiente y por eso debe llegar a la eficiencia. Lo bueno de los abastecimientos sostenibles es que permiten tener estas tarifas sociales.

-Con la llegada de los nuevos grupos políticos, en algunos ayuntamientos se ha hablado de evitar los cortes. ¿Es esto parte del juego político? -No sería buena práctica de la empresa de agua cambiar sus programas sociales de acuerdo a quién gobierna en cada momento. Nuestra empresa está con la realidad social que se encuentre, con independencia de los vaivenes de tipo político, que duran menos años que los que nosotros nos comprometemos a dar el servicio.

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