viviendo en san borondón
Un presidente para una nueva Arcadia (1)
Para algunos partidos, la exigencia de dimisión solo rige para los candidatos de otras formaciones
He de reconocer que cada vez me cuesta un mayor esfuerzo escuchar los discursos en los Plenos de Investidura y en los debates sobre el estado de la nación, nacionalidad o lo que se tercie. Son muy previsibles, además de prescindibles, tanto el del que aspira a ser investido como los de la oposición. No es por casualidad que a presidente se suele llegar por pactos arreglados en despachos y no por el expreso deseo de los votantes en unas elecciones.
Es inexplicable en términos de teoría democrática, por muy legal que parezca, que el presidente de Canarias sea el cabeza de lista del partido que ocupa la tercera posición en votos, aunque su formación haya logrado más escaños por una, a todas luces, injusta ley electoral.
Mucho más tortuoso de explicar son los casos padecidos en algunos ayuntamientos, donde ha logrado ser alcalde, como es el caso de Teror en la isla de Gran Canaria, una fuerza con tan solo dos concejales , mientras que el PP y el PSOE tenían 6 concejales cada uno.
En esa sesión de investidura, muchos diputados se han tenido que tragar un sapazo junto con sus anteriores pomposas declaraciones preelectorales en las que habían pedido a CC que apartara al Sr. Clavijo de la carrera presidencial por estar imputado. Hubiera sido totalmente injusto que por unas actuaciones que han quedado archivadas, no juzgadas, se le hubiera cercenado su carrera política, como ha sucedido en otros casos en España. Para algunos partidos la exigencia de dimisión solo rige para los candidatos de otras formaciones.
Es cansino, a veces hasta ofensivo, escuchar últimamente ciertas cosas y ver cómo sus señorías no las tienen en cuenta y las rechazan con contundencia. Por ejemplo, la podemita Noemí Santana proclama dentro del discurso y contrarréplica que ya traía escrita, cosa que evidencia que sólo pretendía colocar su mitin y no contestar a lo que allí se debatiera, la frase: “Damos la bienvenida a los ciudadanos al Parlamento, seremos su voz aquí”.
Ningún dictador totalitario se hubiera atrevido a tanto, pues viene a decir que los parlamentarios elegidos por el pueblo en elecciones libres no están representados, salvo por ella y los suyos .
Tal vez hubiera complacido más a Pablo Iglesias si hubiera utilizado la falaz y populista dualidad que él utiliza en sus discursos políticos: nosotros somos la gente y estamos con la gente, los otros no nos representan y son casta, o lo eran antes de que Podemos emitiera carnés de quién es ahora casta, quién ya no lo es y quién será castuza.
No obstante, si tuviera alguna ascendencia sobre Fernando Clavijo, que no la tengo, le sugeriría leer con atención el decálogo que propuso el presidente de los EE.UU. Abraham Lincoln hace 150 años.
1. Usted no puede crear prosperidad desalentando la iniciativa privada. 2. Usted no puede fortalecer al débil debilitando al fuerte. 3. Usted no puede ayudar a los pequeños aplastando a los grandes.4. Usted no puede ayudar al pobre destruyendo al rico.5. Usted no puede elevar al asalariado presionando a quien paga el salario.6. Usted no puede resolver sus problemas mientras gaste más de lo que ingresa.7. Usted no puede promover la fraternidad de la humanidad, admitiendo e incitando el odio de clases.8. Usted no puede garantizar una adecuada seguridad con dinero prestado.9. Usted no puede formar el carácter y el valor del hombre quitándole su independencia (libertad) e iniciativa.10. Usted no puede ayudar a los hombres permanentemente, realizando por ellos lo que ellos pueden y deben hacer por si mismos.
Esa filosofía es posiblemente lo que diferencia un gobierno eficaz, no sólo eficiente, y una república bananera . Pero eso es solo un sueño, ¡estamos en Canarias!