Viviendo en San Borondón
¡Comienza el juego! (1)
Una derivada importante de este ascenso deportivo será el previsible incremento de turistas, cuyo motivador para viajar es la asistencia a eventos deportivos de mayor relevancia e interés
En los rostros de muchas personas que pasean por las calles de Gran Canaria, se ha instalado una sonrisa a la vez que una chispa de ilusión parece brillar en los ojos. Muchos lo atribuyen al ascenso de la Unión Deportiva Las Palmas a primera división, al orgullo colectivo que eso produjo, vivido y sentido en cientos de miles de palpitantes camisetas amarillas, celebraciones o parabienes por doquier. Justo lo contrario de lo sucedido la temporada pasada, tras el bochornoso espectáculo de unos pocos destruyendo una mimada aspiración colectiva.
Cuando se produce una coyuntura favorable, el éxito en un espectáculo deportivo en esta ocasión, puede ser el momento oportuno para plantear acciones complementarias que den continuidad en el tiempo a esas circunstancias y trasladar sus beneficios a toda la sociedad, más allá del hecho concreto, aprovechando las sinergias que surgen. “Comienza el juego”, diría Sherlock Holmes , es un partido que se debe jugar en varias canchas distintas para potenciar los efectos de esta especie de “subidón” colectivo, que hasta ha logrado el milagro de que hayan pasado a segundo plano los poco edificantes pasteleos políticos de algunos para lograr asentarse en poltronas que no les concedieron por derecho los electores.
“Nada resulta más engañoso que un hecho evidente”, volvería a decir Sherlock Holmes, cuando se piensa que con la subida a primera división se ha potenciado el deporte. Lo que se ha reforzado, y felizmente mucho, es el espectáculo deportivo . El DRAE define el concepto de deporte en dos entradas. La primera, como una actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas. Y la segunda, como recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre.
También el diccionario incluye la frase adverbial de que se hace algo por deporte cuando es realizado por gusto o de manera desinteresada, reforzando el carácter voluntarista y lúdico de la actividad deportiva. Por mor de la primera definición se habla de “sudar la camiseta” , y por la segunda se incluye con pleno derecho al ajedrez como deporte, pues es una actividad recreativa, sujeta a reglas y que admite la competición, aunque no sea al aire libre.
Una derivada importante de este ascenso deportivo, será el previsible incremento de turistas, cuyo motivador para viajar es la asistencia a eventos deportivos de mayor relevancia e interés. Turismo nacional y también interinsular , pues es indudable que muchos aficionados al fútbol prefieren ver en directo, en el ambiente especial de un estadio, a sus ídolos deportivos, que tener que entusiasmarse cuando ganan, o sufrir cuando pierden, viéndolos por televisión.
De hecho, la proliferación de pantallas gigantes en bares y terrazas , llenas de aficionados a rebosar cuando retransmiten un partido, viene a ser un paliativo. Tal vez sea porque las vivencias deportivas se prefiere compartirlas con un grupo de vociferantes compañeros, disfrazados con gorras, camisetas y bufandas. Y eso, además de satisfacer a los aficionados que por uno u otro motivo no pueden asistir a los estadios, es una importante inyección económica para la actividad hostelera. Más aún si el equipo de nuestros amores, o penas apostillan otros, gana esa tarde y el consumo aumenta. Alegría por ambas partes.
Pero eso, con ser importante, a mi entender sólo es una pequeña parte del efecto beneficioso que se puede producir y potenciar de ahora en adelante. Pero eso se tratará en otra entrega, si ustedes, amables y pacientes lectores, a bien lo tienen.