babilonia en guagua

Evasión o victoria

A modo de cortina de humo, de lo único que se ha hablado es del vital asunto balompédico. Ya sea de las clasificaciones de las escuadras del archipiélago, de la pitada en la final de la Copa del Rey

gustavo reneses

En estos días azules de junio, ya no podemos evitar más los nervios por conocer a los nuevos amos durante los próximos cuatro años, y hasta que no se sepa, experimentaremos un sin vivir que se reflejará en la disminución de la longitud de nuestras uñas y en un exceso de sudoración visible en el cuello de la camisa. Demasiados días de pactos, dimes y diretes que ríase usted de las conspiraciones vaticanas reunidas en torno a las fumatas blancas. O negras.

Mientras esperamos el nombre de los medianeros de la finca, la vida continua en la Pachamama patria. Como no podría ser de otra manera y para aliviarnos de nuestra pesada carga, el fútbol sale a la palestra para evitar males mayores.

Así que esta semana y a modo de cortina de humo, de lo único que se ha hablado es del vital asunto balompédico. Ya sea como complemento directo en forma de las clasificaciones de las principales escuadras del archipiélago, como en complemento indirecto acerca de la pitada en la final de la Copa del Rey. La cosa es no dejar hablar de ello y rellenar el espacio neuronal, no sea que se nos de por pensar.

Si hay algo que nos pone de acuerdo es el deporte rey. Todos sabemos de ello; y nos empeñamos en dejarlo claro a la menor ocasión con nuestras insufribles peroratas. Incluso la nunca bien ponderada clase política, en un ademán para congraciarse con el pueblo de a pie, usa símiles futbolísticos para que lleguemos a comprender la tan elevada misión a la que están llamados. Y llamadas, por supuesto.

Es más, a tal nivel de deflación ha llegado la intelectualidad patria, que los silbidos al himno nacional en la final copera, han servido para adentrarnos en los entresijos de la política territorial, tan dejada de esa manera por nuestros líderes. Al final, va a servir de cátedra fundamental en el análisis geográfico regional, y nosotros sin saberlo. El fútbol como catalizador de emociones, límites administrativos y como catadura de moral de otros que lo arriman a su sardina para distraer de los resultados obtenidos en los últimos en la última fogata.

Mientras, fuera de los verdosos límites de los campos, la democracia se hastía en debates inacabables y se devalúa con gestos que dejan bien claro que quien la usa, la mayoría de las veces, abusa. La construcción de un estado plural y enfocado al bienestar de todos sus habitantes no se basa en los cimientos de la tensión partidista, ni en la pedagogía infantil abrazada al populismo. Sino en una serie de valores de igualdad y solidaridad que se sitúan en las antípodas de los gestos que vemos en nuestras formaciones.

Pero no nos deprimamos con esto, que no hemos bajado de división. Además queda mucho por ver. Y en abierto. Nos referimos a la final de la Champions, a las promociones de ascenso, a los torneos de verano... Vamos, que por falta de carnaza no sea: evasión o victoria.

Buenos días, y por si no volvemos a vernos: Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

Evasión o victoria

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación