Desde mi escaño

Que tome nota el PP canario de Andalucía

Una vez depositados los votos, la Presidencia será para Clavijo y al PP le caerá algún bombón en forma de Consejería

Juan velarde

DICE el refranero español que cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar. Pues bien, vistos los resultados obtenidos por el Partido Popular en Andalucía, en Canarias los conservadores deben de estar que se tiran de los pelos tras la designación de María Australia Navarro de Paz como candidata a arrebatarle el cetro a los nacionalistas. Si Juanma Moreno era prácticamente desconocido para una parte importante del electorado, imagínense lo que puede ser con la aspirante escogida por Génova 13 para el Archipiélago. Es una don nadie en términos demoscópicos.

Lo que parece claro es que el PP está jugando en esta próxima cita electoral del 24 de mayo de 2015 a poner a alguien que sirva a modo de parche, que se lleve un buen zurriagazo en las urnas y, posteriormente, en función de lo que pueda pasar tras las elecciones generales, ya buscar a otro candidato de mayor peso. Esto ya sucedió en 1999 cuando un quemado José Miguel Bravo de Laguna volvió a ser elegido candidato de los peperos y se llevó un fuerte varapalo electoral. Dimitió como presidente del PP regional y su puesto lo ocupó José Manuel Soria López.

Aquí, en esta oportunidad, todo apunta a que ya existe una especie de prepacto secreto entre los populares y los nacionalistas para no dañarse mutuamente sus intereses. En CC están hasta la coronilla de los socialistas y ven con verdadero pavor tener en un hipotético acuerdo de gobierno a la señora Patricia Hernández, experta en no saber absolutamente nada. ¿La solución? Un acuerdo con los populares que, para hacerlo más sencillo, llevan a una segunda fila, una desconocida para el votante medio, una política que no va a elevar el ruido mediático en lo que queda de campaña y luego, una vez depositados los votos, la Presidencia será para Clavijo y al PP le caerá algún bombón en forma de Consejería.

Pero el problema de esas pequeñas dádivas que reparte generosamente CC a quien se sienta a su mesa es que quien las acepta acaba excluido indefinidamente para presentarse como alternativa válida, porque los votantes no son tontos y quien va de la mano tres años largos con los coalicioneros no puede luego presentarse como los que van a poner orden. Incluso, cuando más cerca estuvo un partido de tumbar el nacionalismo que tan arraigado está en Canarias, el PSOE de López Aguilar, éste se las piró a vela llena en cuanto vio la oportunidad. ¿Y cuál fue el resultado? Que los electores socialistas vieron que tampoco podían confiar en esa opción de partido, que su líder huía a las primeras de cambio y dejaba el PSOE hecho un patatal.

Que tome nota el PP canario de Andalucía

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