viviendo en san borondón
Comunicados ampulosos y gremiales
Para estos políticos profesionales, es el momento propicio y servil para escalar en las listas electorales hacia puestos de salida, en un quítate tú para ponerme yo
Se acercan a galope tendido las elecciones. Por eso, los compañeros del partido ya velan armas, afilan cuchillos y lenguas calumniosas para descabalgar de sus lógicas aspiraciones para continuar con nómina pública, a los que ya figuraban en las quinielas, pero que aspiran a sustituirlos. Para estos políticos profesionales es el momento propicio y servil para escalar en las listas electorales hacia puestos de salida, en un quítate tú para ponerme yo.
Y no siempre, o tal vez casi nunca, porque lo haya hecho bien o mal el precandidato, sino porque ya lo ha defenestrado el cacique de turno, llamando a rebato a sus huestes con música y letra compuesta por el que puede decidir lo que se toca y se baila. Después tocará, a los tocados por el dedo de los dioses, denigrar a los de otros partidos. Cada día tiene su afán, diría Santa Teresa. Y los militantes son convocados a pegar carteles o de figurantes para televisión.
Al resto de los candidatos, propios o ajenos, mejor ni mentarlos porque probablemente vayan de relleno y ni recuerden sus nombres. Eso le pasó a Chávez, el de Andalucía y no en de Marimé, cuando quiso presentar a Tomás... ¡y no digo más!, porque había olvidado su apellido.
Es en este marasmo cuando se evacua, dicho en el sentido no escatológico de cumplir un trámite, un ampuloso comunicado oficial del PP en Gran Canaria contra Bravo de Laguna, sus pompas y sus obras, como se decía antaño para exorcizar al demonio rojo y cornudo, dicho sea también sin ánimo de señalar a quienes “podemos”, o debemos, “socialmente” señalar.
A mi entender, el comunicado de siete puntos es ampuloso, redundante, falaz y equívoco (rebuscando palabros en el DRAE). Creo sinceramente que hubiera bastado con el primer punto, el que dice lo que ya se sabía, que Bravo de Laguna ha causado baja voluntaria en el PP. El resto es, como mínimo, discutible. Más aún a mes y medio de la nueva cita electoral.
Así, por empezar, en el apartado dos y el sexto, se insiste en algo tan ampliamente discutido, a pesar de lo regulado claramente en las leyes electorales, que Bravo de Laguna ha de entregar su acta de consejero insular porque está “comprometiendo el buen nombre, la dignidad y el honor del Cabildo Insular de GC y del conjunto de la sociedad canaria”. Al margen del no pequeño detalle de que las instituciones carecen de honor, eso es sólo patrimonio de las personas, el comunicado de marras sigue ofreciendo muestras del estilo hinchado y redundante del redactor del texto puesto a la firma de Australia Navarro de Paz, cuando en el punto séptimo proclama, nada más pero nada menos, que “cientos de miles de ciudadanos que son beneficiarios de servicios públicos fundamentales” pueden verse dañados por “un comportamiento tan irresponsable como indigno”. Tal cosa no se atrevería a postularla ni Fidel Castro en Cuba, paraíso comunista donde todos dependen del “partido” o de la partida.
El cuarto punto introduce otra falacia, mendacidad y exageración de tinte totalizador propia de los lenguajes gremiales que tanto gustan a las oligarquías que gobiernan los partidos desde la sombra de sus despachos, costumbre esta tan española como común en todas las fuerzas políticas. Comienza distinguiendo entre la conducta del PP y la de Bravo de Laguna. No estaría nada mal saber cómo se comporta una institución por sí misma, al margen de los comportamientos de las personas que las gobiernan. Termina arrogándose el partido la representación bajo sus siglas de la “mayoría de la sociedad grancanaria”. Se vuelve a confundir mayoría minoritaria de escaños con mayoría de votos emitidos, que creo recordar rondó sólo el 39% del total. Clara mayoría de los que no eligieron al PP para representarlos.