Desde mi escaño
El PP viaja a las antípodas
El único asidero de la aspirante popular se basa en ser el partido que tenga la llave de la gobernabilidad en las Islas
EL Partido Popular en Canarias se va a pegar un buen morrazo en las próximas elecciones autonómicas. Los tiempos de Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal, amén de la fuerza o no que haya podido realizar José Manuel Soria, han provocado que la candidata escogida para ser cabeza de lista el 24 de mayo de 2015 sea una gran desconocida, la señora María Australia Navarro. Los 22 escaños sacados por los populares el 22 de mayo de 2011 se van a quedar, con un poco de suerte, en 15-16, e intuyo que la caída puede ser más acentuada dado los votos que se van a desviar a fuerzas emergentes.
Como chiste vale el tópico de que el PP en las Islas se va a las antípodas, que ha pasado de Soria a Australia, pero en ese viaje va a perder, insisto, un considerable número de apoyos, porque esta política no es nada mediática y su conocimiento entre la población no debe de ser muy elevado. Pero estas son las cosas de Génova 13, donde, evidentemente, no quieren sacrificar al ministro Soria y prefieren poner en juego la posibilidad de volver a ser primera fuerza. Entre el PSOE con la chica del botellón y el PP poniendo a una gran desconocida se lo están poniendo más que a huevo a Coalición Canaria, que sólo tendrá el trabajo de siempre, elegir compañero de travesía.
El único cargo de relevancia de María Australia Navarro se remonta a hace nada más y nada menos que una década, cuando en el período 2003-2005 fue consejera de Presidencia, Seguridad y Justicia del Ejecutivo canario, pero su paso por ese departamento discurrió más bien sin pena y sin gloria. Un perfecto mueble que podía haber seguido eternamente en el despacho y nadie se hubiese percatado de su presencia.
Sin embargo, y esto es lo triste de la política, aquí las lealtades se pagan generosamente, y María Australia Navarro ha seguido fiel los preceptos de José Manuel Soria, que, al mismo tiempo, siempre estaba a la orden de lo que marcase el dedo divino de Mariano Rajoy. ¿El resultado? Que el PP sale a luchar por Canarias con una candidata de medio pelo, a la que se le conocen pocas ideas, que no es una política que esté en el top y que, seguramente, se va a pegar un cacharrazo descomunal. El único asidero de la aspirante popular se basa en ser el partido que tenga la llave de la gobernabilidad en las Islas. De hecho, tradicionalmente, es la tercera fuerza la que acaba apoyando al ganador, tal y como ha sucedido en las últimas citas electorales por el Archipiélago. Veremos a ver si la señora Navarro no es más que un parche necesario para cubrir el expediente.