Panorama
La conciencia
Me van a perdonar esta especie de «rollo filosófico», pero es que no me parece coherente que todos los días nos encontremos con este tipo de engaños
HAY veces que tenemos la sensación de que la clase política utiliza todo tipo de engañifas para intentar convencernos de que lo que hace, lo hace bien. Y en la mayoría de las ocasiones coincidimos con familiares, amigos o conocidos a la hora de afirmar que en política hay muchos inconscientes. Aunque también reconozcamos que son una minoría. Que, como conocimiento reflexivo, la clase política tiene conciencia. Otra cosa es cuando esa conciencia se observa como concepto moral, dentro del ámbito de la ética, que es cuando se la profana. Por ejemplo, nos hemos pasado casi toda la legislatura oyendo al consejero de Hacienda del Gobierno canario, González Ortiz, decir que «Canarias figura entre los territorios menos endeudados del país». Y sentenciar que esto es así «tanto en términos per cápita como en relación con su Producto Interior Bruto (PIB)». Y algunos llegamos a creérnoslo. Y hasta pensamos que el Ejecutivo regional había realizado un magnífico trabajo. Hasta que llegó el Banco de España y nos despertó para decirnos que el débito público en las Islas se ha disparado de forma alarmante. Y que la deuda de la Comunidad Canaria, que en 2007 era de 1.562 millones de euros, con una carga negativa para cada habitante del orden de los 771 euros, se había situado, en el mes de septiembre de 2014, en un total de 5.726 millones de euros, correspondiendo a cada ciudadano un débito cercano a los tres mil euros.
A la vista de estos datos, no sé si Ortiz era consciente de sus palabras. Quiero creer que sí, y que es consciente de casi todo lo que dice. Pero hay momentos en los que parece no darse cuenta del alcance que tienen sus declaraciones y se abandona en brazos de la inconsciencia. Como una necesidad de tener que utilizar la mentira con la intención de transformarla en verdad. Y me van a perdonar esta especie de «rollo filosófico», pero es que no me parece coherente que todos los días nos encontremos con este tipo de engaños a la opinión pública. Porque este no es el primero que denunciamos. Algo parecido han hecho otros, casi siempre cercanos a la órbita del poder. Y como ejemplo más reciente, el que protagonizó el vicepresidente del Ejecutivo, José Miguel Pérez, al transformar en positivos unos datos facilitados por el INE en relación con el negativo rendimiento escolar en las Islas. Y nos tragamos aquellos datos sin que ni siquiera la oposición (PP) le exigiese una rectificación.
Y terminamos con una reflexión: la escritora italiana Susanna Tamaro, en su libro «Para siempre», define la conciencia como «un sentimiento incómodo porque obliga a mirar la realidad sin el filtro de la mentira». ¿No les parece una expresiva y clarificadora definición sobre la defensa de la verdad?