impertinencias liberales
Ultraliberales
Cabría ir mucho más lejos de lo que han hecho Clavijo y el PP, considerando que tenemos más del 50% del territorio protegido
No puede decirse que Paulino Rivero sea un Giovanni Sartori a la hora de definir ideologías, particularmente la suya. Así lo acreditó en una entrevista en la que, preguntado si era un nacionalista de izquierdas o de derechas, respondió que «apuesta por la economía de libre mercado con control de los sectores estratégicos». Es decir, cualquier cosa. No hay economía de libre mercado bajo control de sectores estratégicos, mucho menos si el propio Rivero, con un grupo de burócratas, ha creado un comité de planificación centralizado que se dedica a dictaminar qué negocios deben tener esa consideración.
Fernando Clavijo se mostró recientemente partidario de revisar la moratoria turística, cuestionando el funcionamiento de ese órgano de racionamiento que es la Cotmac. Rivero afirmó que no creía que Clavijo fuese un «ultraliberal» (pronúnciese siempre con un mohín de asco y enfatizando el prefijo «ultra») puesto que esa ha sido siempre la visión del PP. Yerra el presidente al atribuir al PP una ideología ultraliberal, porque los populares han sido siempre los colaboradores necesarios a la hora de implementar la moratoria, la policía, la televisión o la radio autonómica, notables caprichos nacionalistas creados a mayor gloria de nuestra impagable, sobre todo impagable, clase política.
El PP nunca dudó al elegir entre principios o poder. El PP tampoco aboga por una liberalización del suelo, solo que el control sea ejercido por los Cabildos, de la misma forma que Clavijo pretende otorgar mayor protagonismo a los ayuntamientos, reduciendo interlocutores e intermediarios una vez comprobado —todos menos Rivero y resto de planificadores de planes quinquenales— los enormes costes en tiempo y desarrollo resultado de una regulación caprichosa que es aplicada por burócratas que no están obligados a asumir ninguna penalización por las ideas que pueden imponer a los legítimos propietarios del terreno. Cabría ir mucho más lejos de lo que ha hecho Clavijo y el PP, considerando que tenemos más del 50% del territorio protegido, permitiendo que el resto fuese usado para satisfacer las necesidades cambiantes de una sociedad que ha sido empobrecida por todos estos irresponsables.
Pero debe perder cuidado Rivero con el ultraliberalismo de Clavijo. En el mismo acto donde dijo muchas cosas sensatas, él mismo aclaró que no lo movía un planteamiento liberal. «No se confundan. Queremos que las empresas y los trabajadores hagan dinero para poder, con sus impuestos, nutrir las bases del Estado del Bienestar». En fin, el famoso socialismo de todos los partidos .