TRIBUNALES
Le estafan 1,7 millones con la promesa de un negocio en Canarias
La idea era comprar tarjetas de móvil en las Islas para revenderlas en la Península
La sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS) ha condenado a dos presuntos empresarios a tres años y medio de prisión y al pago de seis euros diarios durante nueve meses y un día por haber estafado casi 1,7 millones a una persona con la promesa de un negocio en Canarias que iba a proporcionarles, le garantizaron, pingües beneficios. El negocio habría consistido en la compra de tarjetas de telefonía móvil en las Islas para revenderlas en la Península.
Un tercero fue quien informó a los estafadores de que la que sería su víctima tenía dinero en efectivo y de que podía estar dispuesta a invertirlo. Esa misma persona fue la que puso en contacto a los presuntos empresarios con la víctima, ante quien aparentaron tener una solvencia de la que no disfrutaban. Le aseguraron que trabajaban con las empresas Crono Telecom, SLH Tecmotel y TPM Logescom en negocios relacionados con la telefonía y los electrodomésticos, según consta en la sentencia del Supremo, a la que ha tenido acceso ABC. Los estafadores le explicaron que en esos momentos buscaban dinero para la financiación de una operación comercial «con un gran diferencial de ganancias».La idea era comprar tarjetas de móvil en el Archipiélago para revenderlas en territorio peninsular.
Los condenados, el TS ha ratificado ahora las penas que la Audiencia Provincial de Santander les impuso el último enero, consiguieron así que la víctima les entregara inicialmente, allá en 2007, 325.000 euros. La entrega se formalizó por medio de un contrato privado de préstamo, préstamo cuya devolución se garantizaba con la emisión de un pagaré de una de aquellas empresas: SLH Tecmotel. A esa primera entrega de 325.000 euros siguieron otras tres de 640.000, 290.000 y 300.000 euros. El dinero estafado fue, exactamente, 1.555.000 euros, una cantidad a la que habría que sumar los intereses de demora que se habían pactado en los contratos. Un total de cerca de 1,7 millones. La víctima no pudo cobrar ni uno solo de los pagarés por falta de fondos en la cuenta bancaria, la cual incluso cancelaron apenas unos meses después del último préstamo. Es más, la susodicha SLH Tecmotel, domiciliada en el País Vasco, había dejado de existir en 2006.
Los estafadores, insolventes, fueron declarados en rebeldía en 2009 por un juzgado de Santander y condenados también por la Audiencia. Ello no obstó para que ambos recurriesen contra la sentencia en el Alto Tribunal, si bien de nada les ha servido: el TS ha rechazado todos sus argumentos y ha ratificado la pena de tres años y medio.
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