El informe preliminar desvincula la muerte del cetáceo de los efectos de las prospecciones petrolíferas
El estudio de la Ulpgc señala que la muerte del cachalote de Costa Calma no es imputable sino a «una enfermedad crónica»
Un informe preliminar de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (Ulpgc) ha descartado la posibilidad de que el cetáceo que apareció en Costa Calma (Fuerteventura) el 20 de noviembre pasado haya muerto como consecuencia de las prospecciones petrolíferas que lleva adelante la empresa Repsol a 50 kilómetros de Lanzarote.
Según informó este viernes la Ulpgc, el cachalote pigmeo encontrado hace ocho días padecía de «una enfermedad crónica grave» que aparece como la primera causa del varamiento vivo del animal, y no presentaba los síntomas que en otras ocasiones podían atribuirse a maniobras militares o el uso del sónar.
El cetáceo sufría «encefalitis crónica de patología infecciosa», dermatitis generalizada en zonas no pigmentadas y una cardiomiopatía crónica que «derivó en un fallo multiorgánico» y la muerte poco después del varamiento.
El hallazgo de este animal fue relacionado, en un comunicado oficial del Cabildo de Fuerteventura, con los sondeos que había iniciado Repsol dos días antes. «A nadie se le escapa la preocupación por la coincidencia en fechas y zonas», ya que el varamiento ocurrió «frente al área donde Repsol ha comenzado a realizar las prospecciones petrolíferas», afirmó en su día la institución insular, aunque matizó que era «pronto para establecer relaciones causa-efecto».
Repsol reaccionó de inmediato, negando toda relación con el sondeo exploratorio que la petrolera había comenzado poco antes y afirmaba que las insinuaciones que «de manera insidiosa» han relacionado a la empresa con la aparición del cachalote además «de carentes de toda lógica», eran «rotundamente falsas».
Noticias relacionadas