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Condenan a un hombre a 2 años de cárcel por allanamiento de morada, agresión sexual y malos tratos a su expareja
Según la sentencia, el condenado accedió al domicilio de la víctima en la playa de Arinaga, en el municipio grancanario de Agüimes, donde la esperó «desnudo de cintura para abajo»
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a R.A.S.H a dos años de cárcel como autor de varios delitos, en concreto, de un delito consumado de allanamiento de morada en concurso medial con un delito consumado de agresión sexual y un delito consumado de malos tratos no habituales.
Los hechos se remontan al 21 de marzo de 2010 cuando el condenado, sin antecedentes penales, decidió ir a la vivienda de su expareja sentimental ubicada en la playa de Arinaga, en el municipio de Agüimes (Gran Canaria), según informó el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).
Una vez en el domicilio, sabiendo que su expareja se encontraba en esos momentos ausente, y sin contar con su autorización, cogió la llave de la casa, que estaba debajo del felpudo, y accedió al interior del domicilio donde decidió esperarla en el dormitorio y desnudo de cintura para abajo.
Posteriormente, una vez que la mujer llegó y entró en su casa, el acusado se abalanzó sobre ella logrando, tras un forcejeo, tirarla al suelo donde, con el fin de satisfacer sus deseos sexuales, trató de besarla en varias ocasiones, además de tocarle en sus partes íntimas, "todo ello mientras se colocaba encima de ella, le quitaba la ropa (...) y la agarraba por los brazos para evitar que se marchara".
Seguidamente, cuando la mujer en un momento dado intenta escaparse, él la tira contra el sofá de la vivienda "amordazándola con unas medias y llegando incluso a morderle en la cara". La mujer logra huir de la casa y refugiarse en la casa de un vecino que es quien avisa a la Guardia Civil, recoge Efe.
La mujer, a causa de estos hechos, sufrió mordeduras en ambos lados de la cara, una excoriación interna del muslo, hematomas en ambos brazos.
Finalmente, la sentencia recoge que no se ha demostrado que el acusado esa noche hubiese ingerido "importantes" cantidades de alcohol ni que su actuación estuviese, "de alguna forma, afectada por la ingesta de dicha sustancia".
