panorama
Poner puertas al mar
Paulino Rivero pretende ponerle puertas al océano para que países soberanos como Marruecos no puedan extraer de su subsuelo marino lo que les venga en gana
Emulando a quienes intentan sin éxito ponerle puertas al campo, el presidente del Cabildo tinerfeño, Carlos Alonso,y el del Gobierno regional, Paulino Rivero, pretenden ponerle puertas a los túneles de las islas y al Océano Atlántico, respectivamente.
El primero, para evitar la inundación de ese tipo de infraestructura de nuestra red vial; y Rivero, para impedir que alguien tenga la brillante idea de sondear su subsuelo marino en busca de hidrocarburos. Reconozco que ponerle puertas a los túneles entraña una dificultad que, como profano en ingeniería, me sobrepasa.
Pero pienso que los proyectos de esas infraestructuras debieron haber contemplado este problema. Y hasta algún colega me ha soplado que la solución podría pasar por la instalación de bombas automáticas que entrasen en funcionamiento cuando las aguas alcanzasen un nivel predeterminado. Pero si esas puertas son difíciles de colocar, imagínense las que Rivero pretende instalar en el mar para evitar que países soberanos como Marruecos puedan extraer de su subsuelo lo que les venga en gana.
No creo que haga falta que les recuerde la enorme riqueza que los hidrocarburos producen en aquellos países que han tenido la suerte de encontrarlos. Pero sí es importante que recordemos las ventajas que el gas y el petróleo pueden ofrecer a un archipiélago como el nuestro, en el que no existe un modelo medioambiental y donde el turismo no da más de sí por tratarse de una industria cuya expansión debe pasar, ineludiblemente, por un aumento considerable de la planta alojativa.
Esta teoría es apoyada por numerosos especialistas de todo el mundo, quienes lamentan la decisión adoptada por el Gobierno regional —CC y PSOE—. Hasta el punto de calificarla como ridícula, demagógica y populista, que solo persigue inocular el miedo que movilice a su electorado.
Geólogos y geofísicos, como el tinerfeño Antonio Afonso, han ratificado que los hidrocarburos ayudarían a reducir el nivel de desempleo, al tiempo que mejorarían nuestra economía al incorporar una nueva fuente de financiación; reducirían la factura energética y podríamos llegar a convertirnos en una gran base técnica para la producción y reparación de plataformas de todos los países de la costa occidental africana. Y sobre este asunto prefiero creer lo que dicen los técnicos que lo que pretenden vendernos nuestros políticos.
Estoy convencido de que la casi totalidad de los canarios sienten rechazo a esa mentira mil veces repetida por CC y PSOE de que la mayoría de los canarios no queremos las prospecciones. Las cifras demuestran lo contrario: de los dos millones de habitantes que tiene el Archipiélago, solo unos cien mil, entre todas las islas, suelen manifestarse contra los sondeos.
Y eso, afortunadamente, nos lleva a la conclusión de que seguimos siendo muchos más los que apostamos por el crecimiento y diversificación de nuestra economía, que los que la entorpecen.