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Confiesa ante el juez que mató a su mujer a martillazos, la descuartizó y la congeló
Los hechos se produjeron el abril de 2013 y ha acabado por declararse culpable en el juicio, en el que ha sido condenado a 22 años de cárcel
Su abogado había planteado el juicio aspirando a la absolución de su cliente, acusado de homicidio, pero al final la línea marcada para su defensa se ha tumbado porque el propio acusado ha acabado declarándose culpable ante el juez, admitiendo que mató a martillazos a su mujer, la descuartizó y luego guardó sus restos troceados en un congelador .
Este lunes, durante la vista oral por el asesinato de una mujer ocurrido en Zaragoza el 30 de abril de 2013, el imputado se ha confesado autor consciente del crimen. Ante la confesión, el tribunal popular le ha declarado culpable de los delitos que se le imputaban. Inmediatamente, el magistrado ha dictado senetncia «in voce»: una pena de 22 años de prisión , después de que hubieran coincidido en sus solicitudes tanto la Fiscalía como las acusaciones y, al final, también la propia defensa del acusado.
Se le han impuesto 20 años de cárcel por el asesinato de quien era su pareja sentimental y con la que convivía en la capital aragonesa, y otros dos años de prisión por un delito continuado de falsedad . Y es que, tras matar a su mujer, falsificó la firma de esta en dos ocasiones para ocultar que estaba muerta. Suplantó la identidad de la fallecida para firmar dos contratos laborales, uno de ellos el de él mismo. Su pareja regentaba un bar en la capital aragonesa.
El autor de los hechos, con su confesión autoincumpaltoria durante la vista oral, ha prescindido de cualquier opción de defensa. Aun con todo, lo tenía complicado –más allá de haber buscado razones mentales que atenuaran su responsabilidad en lo ocurrido–, ya que fue él mismo quien dejó por escrito el relato del crimen antes de intentar suicidarse, en junio de 2013, menos de dos meses después del crimen.
Él tenía por entonces 57 años y su víctima 42 . Atormentado por el crimen, puso tiera de por medio y fue a parar a Suances (Cantabria). Allí, en un hotel, se atiborró de pastillas para matarse . Pero fue encontrado con vida en la habitación y los médicos lograron estabilizarle. Cuando intentó suicidarse dejó escrita una amplia nota en la que contaba lo que le había hecho a su mujer. El relato fue certero, detallando dónde había ocultado el cuerpo troceado de su pareja. Poco después, en el piso de Zaragoza, tal y como indicaba la nota, la Policía halló a la mujer descuartizada.
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