TRIBUNALES

Un testigo protegido, condenado a pagar 20.000 euros a cuatro guardias civiles por calumniarles

Su testimonio llevó a la detención de un cura por supuestos abusos sexuales, denuncia que acabó en nada pero que le costó al sacerdote varios días en prisión provisional

R. PÉREZ

Un hombre de 46 años, que a finales de 2013 disfrutó de la condición de testigo protegido tras denunciar a un sacerdote por supuestos abusos sexuales, ha acabado condenado a indemnizar con 20.000 euros a cuatro guardias civiles por calumniarles, ya que luego se desdijo de su declaración inicial y acusó a los agentes de haberle forzado a realizar aquella denuncia contra el cura, un septuagenario que por entonces era párroco de Borja (Zaragoza).

El escabroso caso acabó en nada. El sacerdote quedó libre y la denuncia retirada, pero las acusaciones le costaron permanecer en prisión provisional durante diez días por orden del juzgado de Tarazona que instruía las diligencias.

Al final, el caso dio una vuelta radical. Los acusadores, de un clan familiar conocido como «Zapato veloz», pasaron a ser imputados por los presuntos delitos de extorsión, blanqueo de capitales y pertenencia a banda criminal.

El autor de la denuncia inicial contra el sacerdote, Rafael Gracia Carbonell, de momento, ha sido ya condenado por esas calumnias a los cuatro guardias civiles que participaron en la instrucción de las diligencias contra el sacerdote.

La sentencia da por probado que uno de esos guardias civiles, sargento destinado en esa zona de la provincia de Zaragoza, mantenía una relación «cordial» desde hacía años con el denunciante y a la postre condenado por calumnias.

Denunció que familiares suyos tenían unas supuestas fotos de contenido sexual con el sacerdote de Borja y que por ellas le estaban sancando dinero.

Ni aparecieron las fotos ni el denunciante sostuvo finalmente la acusación, lo que desmontó el caso al que se pretendió vincular al párroco.

Cuando el acusador culpó a la Guardia Civil de haber sido la que le empujó a presentar esa denuncia falsa, los agentes decidieron empernder acciones penales contra él. La Justicia les ha dado la razón.

La sentencia concluye que «los hechos que imputa el acusado a los cuatro agentes de la Guardia Civil son una burda mentira» y que «actuó con manifiesto desprecio por la verdad».

Por todo ello condena a Rafael Gracia Carbonell por un delito de calumnias y le obliga a indemnizar a los cuatro agentes de la Guardia Civil a pagarles un total de 20.000 euros –5.000 a cada uno–. Además, deberá abonar una multa de 1.440 euros. Cada doce euros de esta multa que deje sin pagar le costarán un día de privación de libertad, según establece igualmente la senetncia.

Un testigo protegido, condenado a pagar 20.000 euros a cuatro guardias civiles por calumniarles

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