medio ambiente
Un millón de minúsculas truchas, a la conquista de los ríos del Pirineo
Tras nacer en piscifactoría, serán soltadas entre julio y septiembre
Casi un millón de minúsculas truchas autóctonas, alevines nacidos entre los atentos cuidados de una piscifactoría oficial, llegarán entre julio y septiembre a los ríos trucheros del Pirineo aragonés para repoblarlos. Ese es el plan en el que trabaja el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno aragonés, en el marco de las acciones de repoblación de trucha autóctona que se vienen realizando desde hace años en varios ríos de la Comunidad autónoma.
En esta ocasión, ese millón de alevines de trucha saldrán de la piscifactoría de Planduviar, situada en Sarvisé (Huesca) y gestionada por la Dirección General de Conservación del Medio Natural del Gobierno de Aragón.
Según ha explicado el director general de Conservación del Medio Natural, Pablo Munilla, «está prevista la suelta de 800.000 alevines en las cuencas de los ríos Ara y Cinca; 112.000 en la del río Aragón; 27.000 en el Ésera y en torno a 2.000 ejemplares en la cuenca del Gállego».
La piscifactoría de Planduviar es un centro estratégico en la red de cría controlada y repoblación de truchas autóctonas, según han destacado desde la Administración regional.
Unas repoblaciones que no solo persiguen el más directo efecto de garantizar la preservación de esta especie, sino también la de poner en valor los ríos desde el punto de vista turístico, deportivo y económico. A cauces más sanos y con más truchas, ríos también más atractivos para la economía que mueve el sector de la pesca deportiva, lo que repercute también en actividades de hostelería y restauración en esas zonas rurales.
Un proceso muy laborioso
La repoblación no es tan sencilla como pudiera parecer. Primero, porque la cría en cautividad de poblaciones óptimas requiere de protocolos técnicamente complejos, y también de suerte. De hecho, en los últimos años –indican fuentes oficiales– ha sido especialmente difícil lograr la reproducción de variedades autóctonas de trucha común en cantidades y calidades óptimas.
El primer reto es obtener ejemplares en los ríos para ser utilizados luego en la piscifactoría en los programas de reproducción controlada. No vale cualquier ejemplar. Hay que analizarlos, determinar su valía genética y capacidad reproductora, y conseguir la adaptación a las condiciones de la cría en cautividad.
En la última campaña, tras años en los que los resultados no han sido los esperados, la piscifactoría de Planduviar ha conseguido un exitoso volumen de alevines de trucha autóctona que va a permitir impulsar la repoblación de los ríos.
Cinco piscifactorías
No es el único centro de reproducción de truchas que hay en Aragón al servicio de los planes de repoblación de la Administración autonómica. Junto al de Planduviar hay cuatro más. Dos de ellos –igual que el de Planduviar, en Sarvisé– son propiedad de la Dirección General del Medio Natural, los situados en Plasencia del Monte (Huesca) y en Los Pajares (Albarracín, provincia de Teruel). El otro centro es una instalación privada pero gestionada en régimen de arrendamiento por la Administración regional, la situada en el Monasterio de Piedra.
En estos centros se reproduce fundamentalmente trucha común autóctona (Planduviar y Los Pajares) y ciprínidos autóctonos (Plasencia del Monte y Monasterio de Piedra), destinadas en su totalidad a las repoblaciones de los ríos aragoneses para incrementar las poblaciones naturales de estas especies intentando restaurar el equilibrio ecológico de los ríos así como atender la demanda de los pescadores.
Cada vez más sueltas
La trayectoria para recuperar la trucha autóctona en los ríos oscenses es clara en su tendencia. En el año 2013 se repobló sólo con 25.000 ejemplares de las líneas genéticas autóctonas de los ríos Aragón y Cinca. Ya en 2014 se produjo un gran salto con la suelta de más de 200.000 alevines en las cuencas del Aragón (35.000), Cinca-Ara (165.000) y alrededor de 1.000 en el Ésera.