Rudi confía en recuperar a parte del 30% de electores que le han abandonado

A Luisa Fernanda Rudi le espera una campaña electoral en la que tendrá que luchar por convencer no a quienes antes no le votaron sino, sobre todo, a quienes confiaron en el PP aragonés en 2011 y ahora le han dado la espalda. Es el gran reto, en un momento en el que la intención de voto hacia los populares en esta Comunidad apunta a que han perdido la confianza de unos 70.000 de los votantes que tuvieron hace cuatro años.

Así lo apunta la encuesta de intención de voto de ABC, elaborada pro la firma Gad3. Según este sondeo, en este momento uno de cada tres aragoneses que en 2011 votaron a Rudi no volverán a hacerlo el próximo 24 de mayo. Y esa fuga acaba engordando a Ciudadanos, que acapara también a buena parte del electorado que pierde el PAR.

El PP de Rudi fue respaldado en 2011 por un 39,7% de quienes acudieron a votar. Ahora, según esta encuesta, lo harían el 28,4%. Eso le supondría retroceder en las Cortes regionales de su sactuales 30 escaños a entre 19 y 22.

El director de campaña del PP aragonés, el diputado nacional Octavio López, está convencido de que la intención de voto que refleja este sondeo de ABC «es el suelo electoral del partido», a partir del cual cree que se va a ir remontando durante la campaña, de forma que el 24 de mayo el resultado que arroje las urnas sea mayor para su partido.

En cualquier caso, López destaca que se sigue confirmando que «el PP sigue siendo claramente la primera fuerza política» en Aragón, pese a que la bajada en escaños y la irrupción de Ciudadanos le complique el panorama de la gobernabilidad. En estos cuatro últimos años, al PP le ha bastado el apoyo del PAR para gobernar en coalición con mayoría absoluta. Tras el 24 de mayo, esta suma ya no le basta –tanto el PP como el PAR retroceden– y necesitará obligatoriamente a Ciudadanos.

Ante este nuevo panorama, Octavio López asegura que «en Aragón llevamos 30 años pactando y el PP está preparado para el nuevo escenario y para seguir aportando un gobierno de estabilidad».