Pedro Sánchez, de precampaña en los pueblos anegados del Ebro

Con la maquinaria de la precampaña electoral ya en marcha, la actividad del líder del PSOE, Pedro Sánchez, se traslada este martes a las tierras anegadas del Ebro. Visita la localidad de Pradilla, una de las más afectadas. Lo hace en un ambiente de indignación generalizada entre los damnificados, tras llevar más de diez años exigiendo sin éxito un dragado del Ebro que evitara desastres como el que ha ocurrido en esta ocasión, con la cuarta riada consecutiva que han sufrido en solo un mes.

Sánchez acudirá acompañado, entre otros, del secretario general del PSOE aragonés y candidato a la Presidencia de la Comunidad, Javier Lambán, que lleva días recorriendo los municipios ribereños del Ebro arremetiendo contra el PP por estas inundaciones. Sánchez también recalará en Ribaforada (Navarra), y en Alfaro (La Rioja), y lo hará en cada caso acompañado igualmente por las respectivas candidatas socialistas a los gobiernos regionales: la navarra María Chivite y la riojana Concha Andreu.

Vecinos y alcaldes de todo signo político coinciden en reprochar tanto a PSOE como al PAR y al PP –con responsabilidades de gobierno en la última década y media– por no haber actuado con antelación para evitar este tipo de situaciones críticas en el Ebro.

Entre tanto, la guerra de declaraciones y acusaciones cruzadas se ha desatado ya entre los partidos políticos. El PSOE, que gobernó en Aragón en coalición con el PAR durante doce años –hasta julio de 2011– acusa a los actuales responsables del PP del Gobierno aragonés y a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) de una «nefasta gestión» de esta riada. El PP, por su parte, recuerda a los socialistas que gobernaron durante doce años en la Comunidad y mantuvieron frenados los dragados del Ebro, prohibidos tras haber prohibido en aquella etapa las limpiezas en profundidad del cauce tras promover la declaración de la práctica totalidad del tramo aragonés de este gran río como zona de especial protección medioambiental.

También unen sus críticas al PSOE los responsables de Chunta y de IU, partidos que se han opuesto sistemáticamente a dragar el Ebro y que, junto a los socialistas, hicieron piña también contra el PP para –a la par que se tumbaba el proyecto de trasvase del Ebro– frenar los embalses proyectados en el Pacto del Agua de 1992, que en su mayor parte siguen sin estar listos más de 30 años después. Eran los años en los que el Gobierno de Zapatero se abrazó a las tesis de la «Nueva cultura del agua», que acabó afectando de lleno a los planes de construcción de los embalses largamente esperados en Aragón. En Cataluña, esta riada del Ebro no se va a sentir porque está a salvo de las inundaciones gracias a tres embalses en cadena que blindan el tramo catalán: Mequinenza (Zaragoza), Ribarroja y Flix.

El PP, por su parte, anuncia ahora una revisión de la normativa ambiental que pesa sobre el Ebro para permitir dragados, tal y como exigen desde hace más de diez años los municipios ribereños.

Y, mientras la indignación tiene los ánimos disparados en los pueblos ribereños, en medio del desastre provocado por el Ebro viven una proliferación de visitas oficiales: este martes, además de Pedro Sánchez, visita la zona afectada la ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina; ayer sobrevoló en helicóptero las riberas aragonesas del Ebro el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz; el domingo fue el turno del secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, que además reunió en Zaragoza a los delegados del Gobierno y consejeros de Medio Ambiente de Aragón, Navarra y La Rioja. A la lista se suman las visitas de responsables del Ejecutivo autónomo y provinciales que han proliferado estos días en los pueblos ribereños.