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El Ebro inunda parte del casco urbano de Novillas (Zaragoza)

Los municipios aragoneses ribereños mantienen activados los planes de evacuación por si fuera necesario desalojar poblaciones

El Ebro inunda parte del casco urbano de Novillas (Zaragoza) F. SIMÓN

r. pérez

Los pueblos aragoneses ribereños del Ebro tienen preparados planes de evacuación mientras siguen pendientes de cómo continúa creciendo el río al paso de estos municipios. La punta de la crecida ha entrado en Aragón a primera hora de la mañana de este viernes. Hasta el momento han sido desalojadas de sus residencias casi un centenar de personas, la mayoría de una residencia de tercera edad de Monzalbarba, un barrio rural de Zaragoza capital.

Novillas ha sido la primera localidad aragonesa en sentir los efectos de esta riada, la mayor de las cuatro consecutivas que han tenido lugar en el Ebro en el último mes. En este municipio, varios vecinos han pasado la noche fuera de sus casas, las viviendas más próximas al río y después de que el jueves las aguas desbordadas llegaran ya a esa zona del casco urbano. Con el paso de las horas, el agua ha ido entrando en parte de su casco urbano y al menos una docena de viviendas han resultado inundadas.

De momento, no ha sido necesario activar el plan de evacuación de forma generalizada en Novillas, más allá de esos desalojos preventivos y puntuales.

Las autoridades autonómicas mantienen instalado el Puesto de Mando Avanzado en el municipio de Boquiñeni para coordinar el dispositivo de prevención y actuación por esta riada.

El jefe de Servicio de Protección Civil del Gobierno de Aragón, Miguel Ángel Clavero, indicó este viernes que la crecida llegará a Aragón con algo menos de caudal del previsto inicialmente. Además ha agregado que el descenso de temperaturas previsto para las próximas hora en el Pirineo evitará que el deshielo aporte más caudales a los ríos pirenaicos, lo que frenará ligeramente la avenida. Eso sí, se prevén repuntes considerables de las temperaturas el domingo, lo que podría volver a complicar la situación en el Ebro.

En Gallur, su alcalde, Antonio Liz, ha explicado que también tienen preparado un plan de evacuación por si fuera necesario, aunque se ha mostrado confiado en que no haga falta y que el Ebro no llegue hasta el casco urbano.

En las localidades más próximas al gran río en su tramo entre Navarra y Zaragoza capital se mantiene un amplio despliegue de efectivos entre Bomberos, Protección Civil, casi dos centenares de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y cuerpos y fuerzas de seguridad.

Los municipios ribereños siguen con atención cómo se comportan las defensas que se han construido en los últimos días de forma apresurada y el refuerzo de las motas para contener las aguas y que no lleguen a sus cascos urbanos o lo hagan sin provocar grandes destrozos.

Gallur espera todavía la punta de la crecida para última hora de hoy. El domingo de madrugada llegará a Zaragoza capital y, a partir de ese momento, irá extendiéndose por la ribera baja, entre la capital aragonesa y el límite con Cataluña.

Hasta el momento son más de 10.000 las hectáreas inundadas entre Navarra y Aragón, que ya se cubrieron de agua con la primera riada que tuvo lugar entre los últimos días de enero y los primeros de febrero.

En el tramo catalán del Ebro no se prevé que se produzcan inundaciones ni afecciones significativas, ya que esa zona queda protegida por el embalse de Mequinenza, que actúa como contenedor de las crecidas antes de que el río entre en Cataluña.

En cuanto a las evacuaciones que han tenido lugar en Aragón con carácter preventivo, se han producido en Novillas y en la residencia de tercera edad de Monzalbarba (Zaragoza). Esta última se evacuó en la tarde de este jueves. Sus 83 ancianos han pasado la noche en otras residencias de la provincia en la que han sido realojados, caso de Borja, Calatayud y Zaragoza.

El alcalde de Gallur ha indicado que no las autoridades no les han podido detallar con exactitud el alcance de esta riada. Se sabe que será la peor de los últimos ocho años, pero no se ha concretado la dimensión que alcanzará, porque depende de cómo se comporte la meteorología, el deshielo y las lluvias.

Incertidumbre por las temperaturas

El Ebro a su paso por Castejón (Navarra), alcanzaba los 7,5 metros de altura a las 8:00 horas de este viernes, pero su caudal se había estabilizado y ya no crecía.

Se mantiene la incertidumbre todavía, porque el descenso de las temperaturas que se prevé para este viernes y el sábado ayudará a contener el deshielo en las cumbres del Pirineo, pero para el domingo se espera un fuerte repunte de las temperaturas que acelerará la fusión de la nieve y que puede volver a complicar las crecidas del Ebro.

El Ebro inunda parte del casco urbano de Novillas (Zaragoza)

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