MEDIO AMBIENTE

Un caracol pone en jaque los arrozales del Ebro

El caracol manzana es una especie invasora que llegó a la Cuenca del Ebro en 2009

Un caracol pone en jaque los arrozales del Ebro ABC

Y. AZNAR

Hace cinco años una nueva especie invasora llegó a la Cuenca del Ebro. Se trata del caracol manzana, que siente especial predilección por los arrozales. Originaria de Sudamérica, este caracol, inofensivo a simple vista, se encuentra entre las cien especies invasoras más peligrosas a nivel mundial, ya que pueden originar daños muy cuantiosos tanto en las producciones agrícolas como en el medio ambiente.

Su expansión comenzó en 2009 por el Delta del Ebro y, tras años de lucha contra su avance, esta especie exótica parece estar lejos de ser erradicada. De momento, en Aragón, pese a la proximidad con zonas afectadas en el Delta del Ebro, aún no se ha detectado, aunque existen situaciones de riesgo potencial que pueden favorecer su introducción.

De hecho, los expertos recomiendan que se tomen medidas para tratar de frenar este avance, ya que el caracol manzana provoca graves daños en los arrozales. De ahí que los productores se muestren preocupados, a pesar de que hasta ahora las medidas preventivas tomadas por el Gobierno aragonés han dado sus frutos.

En el caso de la Comunidad, la comarca de las Cinco Villas es uno de los principales productores de arroz a nivel nacional. En estos momentos, las 4.000 hectáreas dedicadas a este cultivo llegan a producir al año en torno a las 28.000 toneladas de arroz. Solo Andalucía, Extremadura, Cataluña y Valencia producen más arroz que Aragón. Además de en las Cinco Villas, la zona de Los Monegros y el Bajo Cinca también producen este cultivo desde hace décadas.

Evitar que el caracol manzana acabe dañando estos cultivos se ha convertido en una prioridad para los productores y también para la administración. Y es que los riesgos son muchos. Por ejemplo, el movimiento de maquinaria para la recolección del arroz, que se traslada desde zonas ya afectadas hasta las producciones aragonesas está considerado como uno de los principales factores de riesgo para la introducción de esta plaga en la Comunidad, lo que ha llevado al Departamento de Medio Ambiente a extremar las medidas de protección.

Control exhaustivo

De hecho, el Ejecutivo regional elaboró el año pasado un Plan de Contingencia para evitar la introducción del caracol manzana en la Comunidad. Según esta normativa, los titulares de maquinaria agrícola de recolección que proviene de zonas afectadas tienen la obligación de comunicarlo y tienen que contar con un certificado de limpieza emitido en el lugar de origen por la Administración competente. De esta forma se trata de frenar su propagación.

Además, en el Plan de Contingencia se establecen medidas de vigilancia en parcelas de cultivo de arroz, en los márgenes del Río Ebro y en la red de canales de riego. También se realiza un control específico de los centros donde se pueden vender ejemplares de esta especie invasora, ya que está prohibido en todo el país comercializar o transportar este tipo de caracoles.

Hasta ahora, y según los expertos, estas medidas han dado resultados positivos en Aragón y se ha conseguido frenar su expansión por los arrozales de la Comunidad. Sin embargo, los técnicos avisan a los agricultores que es necesario continuar en «alerta» para comunicar de forma inmediata cualquier sospecha de la presencia de este caracol en los campos aragoneses. Y es que solo así se evitará que haga un daño irreparable en los cultivos.

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