SOCIEDAD
La toxicidad del agua deja ya sin suministro a más de 5.000 habitantes en Aragón
La contaminación detectada en el río Gállego se extiende ya hasta las puertas de Zaragoza capital
La alerta sanitaria por la contaminación de las aguas del río Gállego por una sustancia química de alta toxicidad, el lindano, sigue extendiéndose y afecta ya a seis términos municipales aragoneses: Ardisa, Santa Eulalia de Gállego, Piedratajada, Villanueva de Gállego —localidad situada a poco más de diez kilómetros de Zaragoza capital—, Biscarrués y Marracos.
La semana pasada saltó la alarma al detectarse niveles de lindano superiores a los considerados admisibles. Se detectó en Ardisa y Santa Eulalia de Gállego. De inmediato, el Gobierno aragonés comunicó a ambos ayuntamientos que, «por precaución», quedaba prohibido el consumo del agua del grifo. Ni para beber ni para cocinar.
En paralelo, la Consejería de Medio Ambiente decidió extender las analíticas del agua a un total de 23 tomas de las que se abastecen las redes de suministro de otros tantos núcleos habitados que captan caudales del río Gállego. Entre esas 23 tomas que están bajo vigilancia se encuentra la situada en la urbanización El Zorongo, perteneciente a Zaragoza capital.
Esos controles han permitido comprobar que el problema no se limitaba a las dos localidades en las que inicialmente se detectaron altos niveles de lindano, sino también a otros municipios situados aguas abajo, más próximos al punto en el que este río desemboca en el Ebro. Primero se confirmó que la afección llegaba a Piedratajada, este miércoles la alerta se extendió a Villanueva de Gállego, y el jueves se detectó en Marracos y Biscarrués.
En total son más de 5.000 los habitantes que se han quedado sin poder consumir agua de la red de agua potable de sus municipios. A todos ellos acuden camiones-cisterna de los bomberos de la Diputación de Zaragoza y se ha disparado la compra de agua embotellada.
Queda por conocer todavía dónde está el origen de esta contaminación. Se sabe, genéricamente, que radica en las zonas que quedaron contaminadas hace años por la fábrica de Inquinosa que funcionó en Sabiñánigo (Huesca) hasta mediados de los años 90 y que, entre 1975 y 1989, se dedicó a la producción del insecticida lindano, prohibido después por la Unión Europea por su alta toxicidad y sus riesgos tanto para la salud humana como para el medio ambiente.
Desde hace años se viene realizando un amplio programa de descontaminación en la zona afectada por los vertidos de Inquinosa. Incluso hay un multimillonario pleito, con ramificaciones internacionales, con el que el Gobierno aragonés quiere reclamar a los responsables de la antigua Inquinosa los daños medioambientales ocasionados.
Lo que no se sabe todavía –cuando menos no se ha hecho público– es cómo han llegado tan altas concentraciones de lindano a las aguas del río Gállego, por qué y exactamente desde dónde.
Tampoco se sabe por cuánto tiempo se prolongará esta situación y, por tanto, la prohibición de consumo de agua del grifo que afecta ya a unos 5.000 habitantes de todas esas localidades en las que se han detectado niveles elevados de lindano.
Se están tomando medidas para tratar de erradicar el problema. Por ejemplo, con el desembalse extraordinario de una presa que vierte al Gállego, a fin de aumentar los caudales y facilitar la disolución del lindano presente en el cauce. También se ha ordenado el vaciado completo y la exhaustiva limpieza de los depósitos y redes desde las que se suministra agua potable a esos núcleos de población.
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