moros y cristianos
Las mujeres aún no conquistan el castillo
La reforma del estatuto festero ignora la «discriminación» femenina que muchos ven en los Moros y Cristianos de Alcoy

Vuelve a estar vivo el debate sobre la discriminación de la mujer en los Moros y Cristianos de Alcoy, el epícentro de la fiesta, el «faro» en el que se miran todos los otros municipios donde se celebran estos festejos y, paradójicamente, el escenario en el que ellas no pueden lucirse como en las Entradas por todo el territorio mediterráneo.
Acaba de perderse, además, una oportunidad de derribar esta fortaleza contra la que luchan las festeras alcoyanas, ya que está en estudio una reforma del estatuto en el que «se podrían haber sugerido modificaciones para favorecer la igualdad y no ha sido así, se ha desaprovechado», lamentan desde la directiva de la asociación Fonèvol (Amigas y amigos de las fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy)
El último episodio de este serial ya secular se vivió hace unos días, porque se abandonó la idea de celebrar un acto llamado «Gloria» y desde la oposición municipal, el grupo Guanyar afeó el gesto y recriminó al equipo de gobierno comandado por el socialista Antoni Francés, que no ponga orden en un mundo que consideran un coto cerrado de hombres . El edil de Fiestas les respondió por escrito, con un escueto «hoy en día, todas las mujeres pueden acceder a las «filaes» (fila o escuadra para el desfile). En la Asociación San Jorge, entidad organizadora de los Moros y Cristianos, su respuesta a este periódico fue aún más lacónica, porque no hicieron ninguna declaración. La razón argumentada es que anda todo el mundo enfrascado en el desarrollo del Mig Any, el ecuador del calendario de estos festejos.
Opiniones aparte, desde Fonèvol aportan una cifra en números que tal vez hable por sí misma de cuál es la realidad: « Entre miles de hombres festeros solo hay 70 mujeres ». Y los tics que ponen en evidencia esta masculinidad mal entendida siguen presentes. «La Asociación de San Jorge ha dificultado en los últimos años la incorporación prohibiendo los desfiles mixtos y haciendo que las mujeres vistieran indumentarias diferentes , entre otras prácticas», critican, si bien matizan que «se ven pequeños avances, las puertas parece que se están abriendo, pero muy lentamente».
Los casos de discriminación son «múltiples» , según Fonèvol. Mujeres que han ido a las «filaes» y les han «denegado la entrada», votaciones en las que todos los hombres que han querido entrar lo hicieron y ninguna mujer pudo, festeras que han pagado lo mismo que sus compañeros durante años y no han podido participar en los actos relevantes... «Lo más doloroso es que muchas no se atreven a a entrar a causa de costumbres sociales no escritas que suponen un barrera invisible que no se puede atravesar».
En marzo organizaron una mesa redonda y seis grupos políticos diferentes coincidieron en su análisis de que persisten estas actitudes, señal de que no existe una «politización» del problema . Y, de hecho, en el seno de Fonèvol «hay personas de ideologías muy diferentes, además de que en los partidos, tanto de izquierda como de derecha» se dan las dos opiniones.