Los cinco parques más bonitos de Alicante
juan carlos soler
ocio

Los cinco parques más bonitos de Alicante

Pequeños reductos de paz en el corazón de la ciudad para disfrutar de porciones de naturaleza y tranquilidad

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Pequeños reductos de paz en el corazón de la ciudad para disfrutar de porciones de naturaleza y tranquilidad

12345
  1. Panteón de Quijano

    juan carlos soler

    Un parque coqueto, de espacio limitado pero con un encanto inherente. El poso que deja la historia, el homenaje que contempla su construcción, hace de éste un rincón de Alicante para relajarse, dejar el tiempo pasar y abstraerse. Todo empezó hace siglo y medio, con la epidemia de cólera que azotó a la ciudad transmitiéndose a través del agua contaminada. Durante esa oscura etapa Trino González de Quijano, gobernador civil de Alicante, luchó para evitar la especulación en los artículos de primera necesidad y facilitar el acceso a los alimentos a sus conciudadanos.

    Se erigió como una gran figura en la ciudad, estandarte de la resistencia contra la epidemia y de la solidaridad. Pese a su ímpetu, él mismo no pudo evitar contraer la enfermedad y morir. Su deceso engrandeció todavía más la historia que en vida construyó con su ciudad, y ahora un mausoleo de piedra guarda sus restos y traslada a todos los que lo frecuentan una historia de civismo y generosidad en un entorno verde y lucido.

  2. Parque Municipal de Elche

    juan carlos soler

    Uno de los espacios concretos que más fielmente representa y abandera la etérea magia del palmeral ilicitano. El Parque Municipal de Elche aglutina lo más clásico y castizo de la ciudad de las palmeras, con espacios para perderse, para leer un libro o para que jueguen los niños. Un «skyline» de lo más costumbrista en la ciudad, pero sobre el que que por su céntrica ubicación y original disposición descansa un encanto especial sobre el resto de huertos de palmeras.

    El parque es, además, el escondrijo perfecto para «El Dátil de Oro», uno de los más prestigiosos y deliciosos restaurantes de la ciudad. En un entorno idílico para los amantes de Elche, este espectacular salón ofrece cocina autóctona a base de ingredientes locales, un producto de calidad y unas dependencias que lo convierten en el oasis ideal para celebraciones sin tener que salir de la ciudad.

  3. Parque de Lo Morant

    juan carlos soler

    El parque de Lo Morant se constituye, desde su ubicación en la mitad norte de Alicante, como uno de los pulmones indispensables de la ciudad. Uno de los parques más extensos de la capital de la Costa Blanca, un lugar perfecto para pasear y disfrutar del verde sin dejar atrás el bullicio urbano. En sus límites, múltiples zonas diferenciadas para disfrutar de muy diversas maneras.

    La pinada es un lugar muy socorrido en verano. Un pequeño bosque en el que se puede pasear y descansar con varios grados menos que en la ciudad, la intimidad que la frondosidad otorga y un aura de montaña que hará olvidar el asfalto. Además, zonas culturales, una biblioteca, áreas deportivas, un lago y hasta un anfiteatro desde el que ver representaciones espontáneas y una bella perspectiva de buena parte del recinto.

  4. Parque de Canalejas

    juan carlos soler

    En paralelo a las aguas del Mediterráneo discurre el parque de Canalejas, otro de los lugares favoritos para los amantes de la tranquilidad en Alicante. Los majestuosos ficus ejercen de paraguas y sombrilla en un paseo no demasiado prolongado, pero sí cargado de singularidad y belleza. Bancos para sentarse a leer y descansar, un pequeño gimnasio a pie de parque y algunos metros para pasear de forma distendida.

    El parque tiene, además, algunas hermosas esculturas poco conocidas en Alicante, que sin formar parte de las típicas listas de atractivos turísticos de la ciudad sí vale la pena pararse a ver e interesarse por la historia detrás de cada una de ellas. Arte, frescor y tranquilidad junto al puerto y pegado al centro de Alicante.

  5. Parque de La Ereta

    juan carlos soler

    Este recinto tiene en su ubicación su principal fuerte. En plena loma de Benacantil, a los pies del Castillo de Santa Bárbara, el parque de La Ereta cuenta con unas espectaculares vistas en altura del centro de la ciudad y el mar Mediterráneo. Además, al igual que el Parque Municipal de Elche, tiene en sus límites uno de los mejores restaurantes de la ciudad, con el que comparte nombre, situación y excepcionalidad.

    Un sombreado anfiteatro con unas curiosas tumbonas de madera en sus gradas es el punto central del parque y el lugar con el que los enamorados de las vistas y el descanso deben de soñar por las noches. Además, escalinatas y una perfecta conjunción con el medio ambiente a lo largo y ancho de un terreno de aproximadamente siete hectáreas. Caminos, vegetación y la culminación de un desafío arquitectónico.

Ver los comentarios