opinión - desde el sur
Homínidos inconscientes
Marisol es así, clara y transparente, sin tapujos en la boca y con una gracia y salero que no se puede aguantar
Los españoles sabemos insultar mejor que nadie. La lengua de Cervantes es, sin duda alguna, la que más matices tiene a la hora de expresar improperios hacia los demás. La concejal de Guanyar Alacant, Marisol Moreno , «La Roja», es un claro ejemplo de cómo se puede injuriar tanto y con tan pocas palabras a todo el que no piense como tú. Los insultos al Rey Juan Carlos no tienen nombre, pero la joven alicantina también ha soltado por la comisura de sus labios todo tipo de ofensas en su blog a personas de la cultura, a políticos y a cualquier ser humano que no piense como ella . Marisol debería comenzar a hacer suyo el dicho que afirma que no es necesario decir todo lo que piensas pero sí pensar todo lo que dices. Es muy bruta esta chica.
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz , y los cantautores Joaquín Sabina y Andrés Calamaro , entre otros, tampoco se libraron en su día del zarpazo de «La Roja» alicantina por ser aficionados a los toros. Para ella los amantes de la tauromaquia son «homínidos inconscientes y poco evolucionados» por no respetar «a las demás especies». Un cutre discurso darwiniano acompañado, como no podía ser de otra manera, de insultos varios y subidos de tono que, por respeto a los lectores, obviaré. Marisol es así, clara y transparente, sin tapujos en la boca y con una gracia y salero que no se puede aguantar.
Ya no queda nadie con un poco de rigor y seriedad que le haya pedido al alcalde de Alicante que la ponga de patitas en la calle, aunque el regidor socialista parece estar en otras cosas y, con reiterar que no había mala fe en sus palabras se acabó el tema en cuestión. Habría que analizar la ausencia de mala fe en los escritos blogueros de la señora Moreno, porque tanta, tanta, mala leche, no pueden salir de alguien que tenga buenas intenciones. Imputada por injurias a la Corona, Marisol Moreno, «La Roja», continúa desempeñando su cargo de concejal en el Ayuntamiento de Alicante con el beneplácito de sus socios de gobierno y cobrando un buen sueldo del erario público. Y es que una vez más queda demostrado que España es diferente.