LA GUERRA DEL AGUA

Incertidumbre en la huerta del Tajo-Segura

La reducción de los trasvases por la sequía y la falta de alternativas a los envíos de agua alertan al sector

Incertidumbre en la huerta del Tajo-Segura juan carlos soler

david moreno

Para los regantes que desde hace más de 35 años cultivan con agua del Tajo terrenos en las provincias de Murcia, Alicante y Almería , los 15 hectómetros que se han aprobado a comienzos de septiembre como suministro temporal garantizan, a duras penas, un final de año hidrológico ausente de sorpresas. Es una situación habitual en una cuenca deficitaria y en la que este año se han cubierto las necesidades gracias a varias medidas excepcionales que han suministrado hasta 90 hectómetros cúbicos de agua para poder atender las necesidades de los regadíos del sureste español.

«Es como si vuelas en un Jumbo y te van echando la gasolina en pleno viaje sin saber si vas a llegar a la próxima nube», comentaba un regante en un reciente viaje a los regadíos del trasvase organizado por el Sindicato Central de Regantes del Trasvase Tajo-Segura (Scrats).

Los cultivos de regadío del sureste reciben el agua del Tajo desde que en 1979 se unieran los 292 kilómetros de conduccione s que comunican el pantano de Bolarque, en las provincias de Cuenca y Guadalajara, con el embalse del Talave en Albacete. Desde allí, el acueducto discurre hasta el embalse del Azud de Ojos donde las aguas se dividen en dos canales que alcanzan las Vegas del Segura y el Campo de Cartagena. El agua, además de para riego, abastece a 2,5 millones de habitantes de 76 municipios, incluidas las ciudades de Murcia, Alicante y Cartagena, y otros del litoral como Santa Pola, Torrevieja o Mazarrón.

Generador de empleo

En lo referente al sector agrario, la infraestructura permite regar un total de 147.276 hectáreas repartidas por 61 municipios , lo que en términos de aportación al PIB de cada región supone un 2,6 por ciento para Alicante, el 5,4 del PIB en la Región de Murcia y hasta el 13,1 del PIB de Almería, según datos de un informe elaborado para el Scrats por PricewaterhouseCoopers. En términos de empleo, el sector primario da trabajo al 4,2 por ciento de la población activa de Alicante, al 10,2 de Murcia, y alcanza el 19,6 en Almería.

Cooperativas e industrias familiares conviven en los espacios que riega el trasvase . El sector compite entre otros con Holanda, y para ello deben cumplir con rigurosos controles de calidad. El control de todo el proceso –lo que llaman trazabilidad– permite a empresarios como Victoria Madrid (presidenta de Agricultura y Exportación) colocar cada año en Europa entre 5,5 y 8 millones de kilos de pimientos de la variedad California.

« Al agricultor del sector hortofrutícola le gusta más el agua en la tubería que cayendo del cielo », explica Madrid, en alusión a la alta tecnificación del 80% del regadío. En su finca, como en la mayoría, la planta recibe un riego hidropónico que aprovecha hasta la última gota, y que se controla a través de una central informática.

El trasvase genera más de 100.000 empleos directos e inducidos. Las aportaciones a la exportación del sector hortofrutícola se cifran en 2.964 millones y el valor de la producción agrícola en las tres provincias es de 1.268,4 millones de euros. En 2013, cuando los regantes consiguieron elevar a rango de Ley la normativa que regulaba el trasvase, se terminó con una incertidumbre histórica sobre los caudales, pero quedó pendiente cómo aportar los 250 hectómetros que cada año faltan para regar la huerta más productiva del sur de Europa.

Futuro incierto

Para el presidente de los regantes del trasvase, José Manuel Clave r, el año ha acabado «bien» gracias a los recursos de urgencia que han permitido obtener 90 hectómetros adicionales para salvar el año hidrológico. Pero el futuro es incierto . «El problema llega el año que viene, porque la sequía ha activado el nivel 3 en la cuenca y nos limita el caudal a 20 hectómetros cúbicos al mes». Sin Plan Hidrológico Nacional, las soluciones ante el próximo año de cosechas que comienza en octubre son la explotación de acuíferos y la cesión de derechos de agua entre comunidades de regantes, lo que no llega para cubrir los hasta 600 hectómetros que se necesitan para riego y abastecimiento en el sureste. «Se han conseguido las mismas dotaciones que el año pasado, pero el que viene va a ser muy duro y todavía puede empeorar la sequía ».

El presidente de los regantes propone como solución el uso del agua desalada, «pero necesitamos un precio asequible para el uso en regadío. Es una solución a la que se comprometió el Gobierno actual pero que no ha llegado ». Sin el agua desalada a un precio de entre veinte y treinta céntimos el metro cúbico –una cifra que puede asumir el regante y que el precio actual triplica–, las explotaciones hortofrutícolas tendrán un año difícil. El uso de agua desalada, aunque se deben controlar aspectos como la excesiva acidez, es a juicio de Claver una solución «técnicamente viable», si se diluye el agua desalinizada con las aportaciones del Tajo-Segura.

Incertidumbre en la huerta del Tajo-Segura

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