guerra del agua
Más de la mitad del trasvase recurrido por el PSOE es para consumo humano
Trece de los veinte hectómetros cúbicos autorizados por el Gobierno van destinados a abastecer un área de más de tres millones de habitantes
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El envío de agua del Tajo al Segura que la Junta de Castilla-La Mancha pretende frenar con su recurso, está destinado más a consumo humano en los hogares que al riego . Exactamente 13 de los 20 hectómetros cúbicos de este trasvase tienen ese fin, aunque la «guerra del agua» desatada estos días se dirime en el contexto de las necesidades acuciantes para la agricultura.
«La sociedad civil va a tener que decir algo de una vez, porque las comunidades de regantes defendemos los intereses de todos los ciudadanos, como siempre, pero este problema no es solo nuestro », declaró ayer el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, Ángel Urbina. No en vano, ese suministro del trasvase se había programado desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para atender las necesidades de un mes, en buena medida para el abastecimiento desde la Mancomunidad de Canales del Taibilla, desde Alicante hasta Cartagena, 80 municipios con 2,4 millones de habitantes que, en época estival, como ahora mismo, se convierten en más de tres millones con la población flotante y los turistas.
Pozos de sequía
La negociación con responsables ministeriales y de la Confederación HIdorgráfica del Segura (CHS) se reanudará la semana próxima y sobre la mesa están medidas de emergencia como el recurso a los pozos de sequía y la cesión de derechos . «Necesitamos agua excedentaria», resumió Urbina, quien participa en estas reuniones junto con portavoces de Riegos de Levante y otras comunidades de agricultores usuarios del Tajo-Segura.
Esos excedentes ahora parecen inciertos, ya que los embalses de Entrepeñas y Buendía, en la cabecera del Tajo, embalsan 405,9 hectómetros cúbicos de agua tras perder 15,28 en la última semana, al límite de la reserva mínima que impide trasvasar, según fija el memorando del Tajo-Segura. Pero ese listón se elevó hace dos años desde 240 hectómetros hasta esos 400 actuales.
En conjunto, todos los embalses de esta demarcación hidrográfica suman 5.649 hectómetros, un 51,3% de su capacidad, frente a 1.141 de los del Segura, que están al 47,3%. De hecho, la escasez hídrica estructural que sufre la provincia de Alicante se ha agravado con el peor ciclo seco de los últimos 150 años. Una situación que mantiene en estado de emergencia desde hace doce meses a la comarca de la Marina Alta y que, conforme avanzó ABC el pasado 20 de julio, ha obligado a una docena de municipios a establecer cortes de agua en zonas de especial afluencia turística.
Ahora, los ojos están puestos en el sur, donde al estar el trasvase en el aire , ese fantasma de las restricciones puede repercutir negativamente en una temporada turística que se presagia histórica con récord de ocupación. Sin contar con el impacto en los cultivos agrícolas, donde algunos afectados no tiran la toalla pese al incremento del coste del riego en unas explotaciones en las que han invertido en infraestructuras contando con el agua. «Después de tantos años, ahora no puedes abandonarlo aunque casi no resulte rentable», comenta Luis Gómez, productor de limones en La Murada.