tribunales
Piden 18 años de cárcel por matar a su marido con demencia senil a puñaladas
La presunta asesina, de 74 años, supuestamente suministró opiáceos a su marido y le acuchilló mientras estaba atado a la cama
La fiscalía pide provisionalmente una pena de 18 años de cárcel para una mujer a la que acusa de asesinar de diecinueve puñaladas a su marido, un anciano que padecía demencia senil, en julio del año pasado en el domicilio conyugal de Alcoy (Alicante).
El juicio por estos hechos se celebrará dentro de unas semanas ante un jurado popular en la Audiencia de Alicante, y el ministerio público ha solicitado que la procesada, de 74 años, siga en prisión preventiva hasta ese momento.
Según el escrito de acusación de la fiscalía, el crimen se produjo entre las 10.45 y las 13.30 horas del citado día, cuando la acusada cogió un cuchillo de sierra de la cocina y se dirigió hacia el dormitorio, donde su esposo, de 81 años, se encontraba atado de pies y manos.
La acusación pública sostiene que la mujer le había suministrado previamente ansiolíticos y un analgésico de tipo opiáceo y que se prevalió del estado en que habían sumido los medicamentos al hombre para asestarle presuntamente 19 puñaladas.
Centró su ataque en la zona cardiaca para «asegurarse así el resultado de muerte», relata el fiscal en sus conclusiones provisionales sobre el caso, y lo consiguió al perforar el ventrículo derecho del corazón.
Sin embargo, el anciano no falleció hasta las 22.41 horas de ese mismo día en el Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy.
Una nuera de la pareja encontró a la víctima malherida y a la presunta asesina semiinconsciente por la ingesta de unas pastillas tras acudir a la vivienda, por lo que avisó de inmediato al teléfono de Emergencias 112.
Tras su detención, durante la instrucción del sumario, la mujer confesó el crimen y alegó que había decidido matar a su marido porque ella pensaba suicidarse y no podía hacerse cargo de él, según fuentes próximas al caso.
No obstante, la Fiscalía califica de «brutal» la agresión y mantiene que la procesada se aprovechó de la especial «vulnerabilidad» de su marido, quien no podía defenderse, para cometer el asesinato.
