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Benidorm, Patrimonio de la Humanidad: ¿Aspiración real o campaña promocional?

La candidatura se mueve entre lo positivo de la promoción mediática y su susceptible uso como arma electoral

Benidorm, Patrimonio de la Humanidad: ¿Aspiración real o campaña promocional? juan carlos soler

iván j. muñoz

Philippe Duhamel, profesor de Geografía en la francesa Universidad de Angers, lanzó la idea por primera vez en 2008. En el Foro Internacional del Turismo organizado en la misma localidad a la que iban dirigidos sus elogios, no sólo aseguró que era «la Dubai de Europa» , sino que por la «monumentalidad» de sus rascacielos bien merecía ser distinguida como Patrimonio de la Humanidad. La ocurrencia, que en su momento fue recibida más bien como un piropo para congraciarse con la ciudad que en ese momento lo acogía que como una posibilidad real, ha vuelto a ser actualidad hace unos días .

Con motivo de la conferencia que iba a pronunciar el sociólogo Mario Gaviria , el Ayuntamiento de la capital turística de la Costa Blanca –gobernado por el socialista Agustín Navarro, investigado judicialmente por un posible caso de enchufismo múltiple en el consistorio–, aprovechó para anunciar la preparación de la candidatura para optar a recibir el reconocimiento de la Unesco. Según el prestigioso profesor, discípulo del filosofo marxista Henri Lefebvre , Benidorm cumple seis requisitos exigidos por la Unesco y reúne las condiciones de «autenticidad verificable e integridad». Asegura que sería el primer caso en la historia en el que se acoge «un espacio natural grandioso», el formado por su bahía, la famosa Isla visible en toda estampa captada desde su playa y la Sierra Helada, donde está la Ciudad Nueva construida desde la segunda mitad del siglo XX. «No hay ningún sitio aprobado hasta ahora de características parecidas», explica, a la vez que matiza que es la única ciudad del mundo fruto del denominado Estado de Bienestar y que se construyó para materializar las vacaciones al sol de millones de españoles y europeos cuando obtuvieron las garantías de empleo, salario, sanidad y jubilación.

¿Pero cuánto hay de realista en esta proposición? ¿Se trata de una verdadera posibilidad o de una quimera alimentada para ganar visibilidad y repercusión mediática en plena precampaña electoral a las municipales? A bote pronto, Benidorm dista mucho de la idea que viene a la cabeza cuando se piensa en una ciudad Patrimonio de la Humanidad. Las 44 distinciones otorgadas por la Unesco en España –tercer país del ranking mundial, sólo superado por Italia (50) y China (47)– valoran modelos arquitectónicos, históricos y culturales alejados de la imagen de altos edificios, sol, playa y alojamiento todo incluido - muchas veces hasta con barra libre - que tantos visitantes atrae.

José Ramón Valero, profesor del Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Alicante (UA), se muestra escéptico al valorar las opciones del municipio. «Sin conocer exactamente en qué basarían su candidatura, en principio no lo veo. Cierto que Benidorm es singular, pero no más que otras ciudades similares en zonas como Cataluña o la Costa del Sol », explica. «Sí, ejemplifica el bienestar y que el turista no necesita ser rico para poder ir de vacaciones, pero no deja de ser algo que existe en otras partes de mundo, como Atlantic City o en las costas francesas e italianas», argumenta. No faltan, en efecto, otros destinos de gran popularidad entre la clase media trabajadora que surgió con motivo del desarrollo industrial del siglo XX, como la transalpina Riccione (Rimini), impulsada por Mussolini en los años 30; u otras zonas donde quizá sea el clima y por tanto la estacionalidad lo que las distingue de un producto que garantiza sol durante prácticamente la totalidad del año.

La modificación del paisaje tampoco escapa a los factores que podrían jugar en su contra . Ibiza, por ejemplo, es Patrimonio de la Humanidad. Los orígenes de Dalt Vila y su muralla, ampliamente conservada, datan del siglo XVI. El cambio tanto de la ciudad como del resto de la isla en el último cuarto de siglo ha sido notable en infraestructuras y oferta turística, aunque orientado a un turismo de más poder adquisitivo. «Sin embargo, habría habido mucha diferencia si la Unesco hubiera reconocido a la cercana localidad de San Antonio», razona el profesor, quien cree que sería en una candidatura común que defendiera los valores anteriormente descritos donde sí tendría cabida Benidorm.

Cautela

También se debate entre los aspectos positivos y negativos de una posible candidatura Agustín Almodóbar, senador, portavoz de Turismo del grupo parlamentario del PP, benidormense y amante de su localidad. «Me parece que es una propuesta buena porque se habla de la ciudad, algo que desde el punto de vista promocional es positivo . Por otro lado, creo que es muy complicado que cumplamos todos los requisitos. Hablamos nada menos que de una declaración de Patrimonio de la Humanidad, algo muy difícil », razona. Es más, a Almodóbar le preocupa que el uso electoralista de un asunto de tanto calado pueda ser tomado a chanza por la opinión pública. A la vez que advierte: «Somos una ciudad basada en el turismo de masas; no tenemos museos de renombre, yacimientos ni un legado cultural reseñable. ¡A ver si por esto lo que vamos a conseguir es que nos limiten la afluencia a las playas, como ya ocurre en otras protegidas !», exclama, a la vez que pide cautela antes de asumir gastos excesivos sin valorar su recorrido.

Mientras, Benidorm muestra un ambiente que otros no disfrutarán hasta las puertas del verano. Sin que nadie aún la relacione con la Unesco, arranca mayo acercándose al lleno .

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