El club náutico de Altea denuncia que lleva 15 años a la espera de una nueva concesión
La institución deportiva asegura que desde 2006, Conselleria les renueva su licencia mensualmente
El Club Náutico de Altea inició sus actividades deportivas y sociales en 1977, después de que el gobierno central otorgara la concesión administrativa de la institución por un periodo de 20 años. Sin embargo, desde hace 15, socios e integrantes de la Junta Directiva reclaman a la Generalitat Valenciana que renueve dicha concesión. Los miembros del Club Náutico, que califican la situación de «insostenible», han decidido tomar una serie de medidas para solucionar este tema, que creen «que se ha alargado demasiado en el tiempo».
Los integrantes de la institución náutica de la Marina Baixa aseguran que, desde que expirara la licencia, llevan reclamando a la Conselleria de Infraestructuras la renovación de la misma. Pero según señala la directiva del club, tan solo obtienen renovaciones parciales, limitadas a periodos mensuales. «Silencio, silencio, largas y largas, una y otra vez. Es una burla tras otra, y ya está bien», afirman desde el Club, presidido desde 1998, por José Román Zurutuza Reigosa.
La asociación deportiva sostiene que el aplazamiento sin explicación de la concesión, está dejando indefenso al club, que cuenta con unas instalaciones deterioradas. «La inoperancia de la Administración nos afecta de forma directa, y tenemos que reaccionar», expresan desde la Junta. A lo que añaden, «de nada han servido los contenciosos y recursos administrativos que periódicamente se plantean reclamando la renovación».
RENOVACIONES POR «GOTEO»
La concesión administrativa concedida por el Estado al Club Náutico de Altea finalizó en septiembre de 2000. Desde entonces, las instalaciones portuarias han funcionado con autorizaciones administrativas, renovadas semestralmente hasta septiembre de 2006. A partir de ese momento, Conselleria renueva la licencia del órgano deportivo mes a mes. Según informan desde la Junta Directiva, esta decisión generó «incertidumbre y desazón en los trabajadores, sus familias y los socios».
