OPINIÓN
Prioridades
Hacer política, como dirigir una empresa, es decidir y hacerlo compatibilizando el corto plazo con el largo
Estamos en época preelectoral. Los partidos políticos preparan sus programas, afinan sus argumentos para convencernos de que tienen la solución a los problemas de los ciudadanos.
No es tarea fácil. Mucho menos llevar después esos programas a la práctica y alcanzar los resultados prometidos.
Pero en realidad se trata solo de diseñar programas realizables, compatibles entre sí, y que pretendan una sociedad más justa y mejor.
Hacer política, como dirigir una empresa, es decidir y hacerlo compatibilizando el corto plazo con el largo. Definir prioridades que se apoyen mutuamente y abordarlas progresiva o simultáneamente.
Y esa compatibilidad entre el corto y el largo plazo en los programas electorales, ¿qué es?. En mi opinión está claro: en el corto plazo debemos focalizar nuestros esfuerzos en corregir los problemas graves que afectan a muchos ciudadanos y familias en nuestro país. Un estudio serio de las ayudas sociales creo que es imprescindible para evitar situaciones de precariedad absoluta como están ocurriendo. Y simultáneamente plantear las soluciones reales, a largo plazo. Y esas pasan por tres elementos: la educación, el apoyo a la investigación y el compromiso con las empresas, cuya visión también podemos asociar al largo, medio y corto plazo.
La educación porque es lo que facilitará la competitividad individual de cada persona y, por tanto, hará posible el acceso al emprendimiento o a un empleo de calidad. Es sembrar a largo plazo.
El apoyo a la investigación, como vía para buscar la diferenciación por la calidad de nuestro producto. Los resultados son más próximos.
Y el compromiso con las empresas porque es ahí, en las empresas, donde se crea empleo y consolida el crecimiento interno, haciendo progresivamente menos cuantiosas las aportaciones en ayudas sociales, facilitando el desarrollo de otros programas necesarios. Es el corto plazo.
Apoyo a las empresas en financiación, agilidad administrativa, transparencia en las decisiones, diseño y promoción de una política industrial clara en cada zona.
Estas líneas generales son válidas a cualquier nivel, y ahí deberían focalizarse los programas de los partidos en la oportunidad que suponen unas elecciones. Pero con seriedad; las promesas electorales suponen el compromiso de los partidos con la sociedad y los compromisos, en todos los ámbitos de la vida, están para cumplirlos. Los empresarios sabemos de eso mucho.
Javier Fur es Presidente del Círculo de Economía de Alicante