Desde el sur

Bajas turbias las aguas por el corazón de la comarca de la Vega Baja. Parece que se han puesto de acuerdo los dos partidos políticos mayoritarios para sacar en público los trapos sucios de sus miserias internas. Todo por la transparencia, podría decirse.

En Orihuelica del Señor los plazos se les acaban a las actuales mandatarias del Partido Popular. Pepa Ferrando y Mónica Lorente, imputadas y con el sello de caducidad rubricado en sus frentes desde hace tiempo, conocen su futuro a corto plazo sabedoras de que a principios de 2015 será el momento de la crucifixión de ambas. Sólo falta ya que Cospedal o el propio Rajoy les muestre la puerta de salida. Una verdadera pena viendo como está el patio por el Palacio del Marqués de Arneva, donde Los Verdes y PSOE intentan gobernar acosados por un alto funcionario de rango nacional que les lleva por la calle de la amargura.

A pocos kilómetros de Orihuela, en la vecina Bigastro, su ex alcalde y diputado provincial, el joven socialista Raúl Valerio Medina, comienza a sentir el olor a chamusquina acosado por sus propios compañeros de partido. El secretario general comarcal del PSOE, Manuel Pineda, se desdice ahora del apoyo mostrado al ex alcalde de Bigastro hace tan solo una semana y comienza una caza de brujas para que deje de pensar en ser candidato para las próximas elecciones municipales.

En la actualidad Valerio Medina está siendo investigado en seis causas judiciales y acumula la nada desdeñable cifra de seis imputaciones de cuando era alcalde de Bigastro. Están los chicos de Pedro Sánchez en un momento de pulcritud pública que está dejando boquiabierto a más de uno. Pero así es la política. Se pasa de cero a cien en menos que canta un gallo.

Por lo demás, todo bien. Los salvapatrias de Podemos continúan con su cansina demagogia y sus soflamas de mercadillo, a la espera de saber organizarse para intentar llegar a convertirse en casta, que al fin y a la postre es lo que desean desde que se dieron a conocer.