Cinco vecinos ilustres de Alicante
g. l. g.
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Cinco vecinos ilustres de Alicante

Ciudadanos corrientes de la ciudad que, gracias a sus personalidades o a sus oficios, han adquirido relevancia en la sociedad. Gente corriente con historias sobresalientes

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Ciudadanos corrientes de la ciudad que, gracias a sus personalidades o a sus oficios, han adquirido relevancia en la sociedad. Gente corriente con historias sobresalientes

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  1. Joaquim Torres Godori

    g. l. g.

    Un vecino silencioso, discreto, que tras su fachada de hombre tranquilo esconde una profunda erudición del mundo que habitamos. Nacido en Barcelona, alicantino de adopción desde los años 80 pero de nacionalidad canadiense, este economista casi veterinario de formación comenzó su andadura profesional como cualquier otro joven académico. Un trabajo que le tenía muchas horas en un anodino despacho, unas ataduras que no iban con lo que en su interior se gestaba. La senda de la perfección.

    Como haría el ilustre Christopher McCandless en su vida, convertida en libro por Jon Krakauer y llevada al cine por Sean Penn, Joaquim Torres ha hallado la virtud en el desprendimiento de necesidades. Logró la fama a nivel nacional en un televisivo plató en el que afirmó, junto a «celebrities» patrias, que era posible vivir con tres euros al día. «Y con dos y medio también», afirma ahora. Una filosofía de vida muy personal, un cariz iusnaturalista para una existencia alejada de cualquier gasto superfluo que los tiempos hayan tratado de convertir en necesidad.

    Vegetariano, intelectual, nómada e ilustrado. A los 33 años ya había vivido y trabajado en once países, ingresando su sueldo en sus once respectivas divisas. Incluso en alguno de ellos, por su propia seguridad, trabajó el tiempo justo para conseguir el dinero que costaba el pasaje de vuelta. Sus estudios y tiempo de residencia en Canadá le convirtieron en uno más. Ahora, con su pasaporte coronado por una hoja de arce, enarbola como sus mayores logros los libros que ha escrito y traducido.

    Una mina andante de sabiduría, anécdotas y experiencia. Observa el mundo y distingue una serie de factores que, al mismo tiempo, actúan como acelerador y obstáculo para el progreso. La naturaleza, el capitalismo, el propio ser humano. Las administraciones que gestionan el dinero de una ciudadanía en la que, a su parecer, no se incluyen en vista de su forma de manejar cada céntimo. Será frecuente verlo merodear cualquier acto cultural en el que, por qué no, quizá hasta dé una charla.

    Tras una breve época de saltos entre distintas poblaciones de la Comunidad Valenciana en busca del lugar adecuado en el que establecerse de manera fija, consideró este proceso de decisión un lujo ajeno a su naturaleza. Ganó Alicante. Su orografía, su situación respecto al mar, su casco antiguo… Su «alma». Una ciudad que ha conquistado la sabia mirada de un hombre que ha vivido abrazado a las entrañas de aquello que ama: la libertad, la soledad, la sencillez.

  2. José Luis Navarro, el «Minutero»

    G. L. G.

    El peculiar oficio de un vecino del centro de la ciudad le ha convertido, a pequeña escala, en alguien ilustre. Para aquellos que hayan paseado por la Explanada de Alicante, la imagen que encabeza este texto no será extraña. Natural de Córdoba, con varias ciudades y oficios a sus espaldas en su medio siglo de vida, José Luis Navarro, también conocido como «Minutero», retrata a todo aquel que lo desee.

    Su herramienta de trabajo, una cámara minutera con 104 años de existencia, le da tanto el apodo como el sustento. Antes de la recesión, este alegre camarero sacaba su máquina a pasear de domingo en domingo para ganar así un pequeño extra. Ahora, esa afición se ha convertido en lo que paga sus facturas y le ha elevado a un nivel de reconocimiento que a él mismo sorprende.

    Estados Unidos, Australia, Brasil… Desde todas partes del mundo, interesados en el oficio de José Luis contactan con él a través de su página de Facebook para que les ilustre en esta bella profesión. Consigue y repara las cámaras y les enseña a utilizarlas. Ya en España, en varios puntos del territorio nacional, antiguos aprendices suyos ejercen su trabajo como él lleva una década haciéndolo en Alicante.

    El buen clima de esta tierra le permite trabajar al aire libre prácticamente todos los días del año, pero la lluvia no hace que se quede sentado en el sofá. En un pequeño trastero a apenas cien metros de donde habitualmente se le encuentra, el «Minutero» arregla las cámaras y confecciona, como si de un experto carpintero se tratase, las características carcasas de madera que las acompañan.

    Un oficio extinguido tiempo ha que José Luis está intentando hacer resurgir de sus cenizas. Un método de supervivencia que quizá nunca imaginó, pero que la crisis convirtió en posible para fortuna suya. Retratos con encanto para viandantes, turistas, curiosos o familias con los que congelar el tiempo como ya hiciera su minutera en 1910.

  3. Joaquín López

    Joaquín López, a la derecha de la imagen, en una fotografía de archivo.
    Joaquín López, a la derecha de la imagen, en una fotografía de archivo. - JUAN CARLOS SOLER

    Un ciudadano más, el abanderado de la voz que distintos barrios, hace casi dos décadas, decidieron elevar para la consecución de sus objetivos. Joaquín López huye de altas etiquetas pero, desde su atalaya en la Plataforma Renfe, ejerce una necesaria presión en la sombra, incómoda para ejecutivos pero de una justicia casi poética para aquellos a los que, lo sepan o no, son representados por este movimiento.

    En su debe, muchas cosas. Una sobre todas las demás. La transformación de Alicante, de una porción importante de su centro urbano, en un pulmón que permita respirar a los barrios que la rodean y, por extensión, a toda la ciudad. Un espacio verde que se alzaría sobre unas soterradas vías de tren. Un parque central venido casi a utopía con el paso de los años, pero que no ha hecho cejar en el empeño a los miembros de una plataforma que, poco a poco, va consiguiendo parte de sus objetivos.

    En su haber, los túneles. Los trenes que acceden hoy día a Alicante lo hacen a través de unos pasadizos que dan aliento a la ciudad. Absorben polución y ruido para alivio de los que más cerca de las vías habitan, y encabezan la recientemente estrenada lista de logros de la asociación, que no se dará por cerrada hasta que el parque sea una realidad.

    Quizá nunca ocupen las grandes portadas ni sean los encargados de colocar primeras piedras o cortar cintas inaugurales, pero tanto Joaquín como cada uno de los que en esta aventura le acompaña tienen la interiorizada conciencia de que sus voces no se pierden entre el ruido de locomotoras. El propio Álvarez Cascos, ministro de Fomento en el gobierno de Aznar, los recibió para escuchar sus propuestas. Un pequeño paso más.

    Queda mucho por hacer y quizá el respaldo mediático pueda llegar a invitar al desánimo, pero su trabajo humilde e incansable que se sabe necesario mantiene la esperanza tan firme como lo estaba en sus inicios, en 1995. Los verdaderos movilizadores e impulsores de reformas, los que están un poco más allá del encuadre de la foto, seguirán aportando sus granos de arena.

  4. Morán Berruti

    Una de las obras de Morán Berruti.
    Una de las obras de Morán Berruti. - ABC

    En 2013 bajó definitivamente la persiana de su taller, lo que no ha restado un ápice de grandeza a su historia. Morán Berruti, ceramista inseparablemente unido a Alicante, ciudad en la que tras muchos años y puertos de paso quiso poner la guinda a su carrera profesional; un poeta que moldeaba cerámica, un insigne y apasionado vecino que hizo del arte su espada.

    Creaciones con una línea de lo más singular, amable y alegre, figuras casi de un Picasso tridimensional convertidas en realidad por un agitador social, indignado y comprometido con la vida cultural alicantina. Amante de las Hogueras, intenso en su vivencia mientras transcurren, el artista trata de contar historias a través de sus obras.

    Pudo disfrutar del trato cercano y directo, que un taller en pleno centro de la ciudad le conseguía. Prestigioso y vocacional, inspirado en mundos como el cabaret, el circo o la ópera, Berruti enarbola su obra como quien levanta un arma para alzar la voz por la conservación del patrimonio artístico y su historia a nivel local.

    Las Monjas de Santa Faz, su distrito, tuvo la suerte de contar con su imaginación como baluarte en su monumento foguerer. Estilismo e idealización en el trazo de unos dibujos y obras que Morán quiso donar a Alicante, el archivo de una serie de creaciones nacidas en una ciudad que le gusta, que a sus ojos llegaba a ser la Gala de Dalí.

  5. César Mateos

    G. L. G.

    Pocos, como él hizo a principios del pasado año 2013, han repartido tanta alegría en la ciudad. Más de 39 millones de euros se esparcieron por distintos puntos de Alicante gracias al Gordo de El Niño, vendido íntegramente en El Negrito, administración de lotería más antigua de la provincia. 30875, cinco números que a muchos vecinos nunca se les olvidarán y que, por supuesto, a él tampoco.

    César Mateos, hijo de la titular de la administración, es hoy la cara visible de este característico punto de venta. Tras su ventanilla, día a día, sella boletos con la esperanza de regalar así un chute de alegría a quienes están al otro lado. Él hace correr la suerte y desde el año pasado es, más si cabe, una referencia y un lugar de paso obligatorio a la hora de lanzarse al juego nacional.

    Principalmente el barrio de Benalúa fue bendecido con el toque de la varita mágica de la diosa fortuna, por el que ahora suspiran todos los demás. En el horizonte, ya no tan lejos, el mítico sorteo de navidad y, de nuevo, El Niño. Dos fechas marcadas en el calendario de todo lotero que se precie y que, tras haber sido fuente de felicidad para tanta gente, César Mateos espera un año más.

    Con la esperanza de volver a ser el trébol de cuatro hojas para sus conciudadanos, César levanta cada día la persiana de una administración que, por muchos gordos que reparta, a él no le reportará un beneficio económico añadido. El beneficio real, eso sí, será el de dar un pequeño empujón, o incluso sacar de una situación complicada, a vecinos suyos que puedan necesitarlo.

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