Un animal mitológico temible y de gran tamaño llamado alicante

Durante siglos se creía que era una criatura «capaz de despedazar a un hombre» y en México «hipnotizaba» a mujeres lactantes

Un animal mitológico temible y de gran tamaño llamado alicante abc

J. L. FERNÁNDEZ

Antes de ser una especie concreta de víbora, la llamada víbora hocicuda o la víbora cornuda, o también la culebra bastarda o la culebra de herradura, la palabra alicante (en minúscula) también significó en el siglo XVIII «monstruo feroz en forma de serpiente que recorre los bosques de Cádiz y la mayoría señala que se trata de un animal ciego y peludo», en definitiva, un animal legendario.

Así lo recoge José Gilabert Carrillo en su obra «La alicántara, el alicante y el saetón» en su versión revisada de este año, en la que deja constancia de que la palabra alicante aparece por primera vez en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE) en el año 1726. «Entre los seres que forman parte de la mitología de la España meridional, llaman la atención tres animales que, pese a su popularidad en el mundo de la serranía, escapan a una identificación, pues tanto las fuentes escritas como orales son confusas e incluso contradictorias», describe este investigador en su trabajo.

De hecho, en el caso del término alicante, el autor ha comprobado como la definición se va suavizando con el paso de los años y las décadas, al pasar de ser «una feroz culebra, grande, gruesa, de cabeza abultada, muy fuerte y mortalmente venenosa» en 1726 a ser «menos temible» entre 1822 y 1869 «aunque ferocísimo y ponzoñoso, el alicante no es aquella bestia capaz de despedazar a un hombre o matarlo con su veneno». Deducen algunos que la criatura mide entre una vara y media (algo más de un metro) y hasta 200 centímetros, según la especie concreta de serpiente de que se trate.

En la edición de 1884, alicante y alicántara confluyen en una sola definición en la que la rara y poderosa culebra es sustituida por «una víbora muy venenosa», tal como se ha publicado este año en el diccionario de la RAE.

Gilabert también ha recopilado algunos refranes y citas literarias de este alicante que nada tiene que ver con la ciudad mediterránea: «Si la víbora viera y el alicante oyera, no habría hombre que al campo saliera», o también «si te pica el alicante, corre al cura que te cante».

Conocido en México

El trabajo de Gilabert localiza el uso de la palabra alicante en Cádiz, Huelva, Sevilla, Badajoz y zonas del norte de África, principalmente. Pero también se usa como sinónimo de otro reptil no menos intimidante por su aspecto -el Cencuate o Sincuate- en los Estados de Jalisco y Michoacán de México. Esta «serpiente de los elotes, según algunas versiones, es culebra no ponzoñosa, de hasta 1,6 metros de largo», tal como la define Antonio Francisco Rodríguez Alvarado, quien señala que ya existía en tiempos prehispánicos y «que se guía con su olfato para encontrar a las madres o a las vacas que están amamantando y que las hipnotiza para alimentarse de su leche, sin que estas se den cuenta».

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