VIDAS EJEMPLARES

Y ahora, los curas

Molestar a los católicos no va a arreglar las penurias de Sánchez

Luis Ventoso

En el verano de 2014 los militantes socialistas eligieron como líder a Pedro Sánchez , economista de 43 años, profesor asociado de una universidad de prestigio sonado, la Camilo José Cela , y cuyo currículo político se resumía así: tertuliano en bolos de nivel B, concejal de Madrid y diputado de darle al botón. Al profesor Sánchez lo adornaban también su relativa juventud, su planta apolínea y una sonrisa activa y perfecta. Además, la alternativa era para echarse a temblar: el hamletiano Madina y las agonías de su duda metódica.

Mientras el país celebraba admirado el advenimiento del saludado como « Pedro el Guapo » (los españoles somos así de analíticos), un amiguete de esos que hacen periodismo de calle y palpan la realidad me dijo: ojo, que tras esa fachada de soy guay ese tío es muy revirado (en realidad mi amigo empleó un léxico más pirotécnico, pero como no comparto que espolvorear tacos confiera un aura de modernidad a los artículos lo dejaré a la imaginación del lector).

La guapura, la corbata en el cajón y la cazadora torera en las giras provinciales perduran. Pero el talante ególatra y áspero que apuntaba mi amigo ha emergido. A un genio se le tolera la bordería autoritaria (lean cualquier biografía de Steve Jobs). Pero si a una entraña arisca le unes un cerebro de voltaje gris el cóctel se torna indigerible. Sánchez carece de ideas , y por eso recurre ahora a un comodín rancio del socialismo camp: zurrarles a los pobres curas, iniciativa extemporánea que nos retrotrae a la era del Algarrobo, Guruceta y el Seat 124.

Todos los partidos socialdemócratas europeos arrastran un problemón: el centro-derecha se ha apropiado de su mejor idea (el Estado del bienestar) y los socialistas no tienen propuestas nuevas de calado para mejorar la economía, que es lo medular. En España su desprestigio se agrava por los logros contables del inolvidable Zapatero , que dejó el déficit en un 9% y mintiendo al que venía detrás, y que demoró de manera culposa la reforma de la banca, alargando innecesariamente la salida de la recesión. Por si eso fuera poco, el PSOE ha logrado enojar a su votante tipo de Lugo, Elche, Soria o Jaén, al ponerse de perfil en la defensa de la unidad de España. Es inaudito que su cúpula no haya reparado en algo tan evidente como que el colacao del « federalismo asimétrico » les da repelús a la mayoría de los españoles y resulta estricnina en las urnas. Pero el profesor Sánchez ha decidido perseverar en esa inteligente línea de molestar a sus compatriotas. Y así, en un país donde más del 70% de la población se declara católica , quiere zumbarle a la Iglesia, que entre otras cosas ha sido uno de los pilares asistenciales que aguantaron el país en las simas de la crisis.

Según la encuesta de ABC , que merece atención, porque se ha hecho con casi el doble de entrevistas que las cocinas rápidas de algún competidor, Sánchez se apresta a empeorar el histórico castañazo de Rubalcaba . Un colofón lógico cuando conviertes tu marca en un nuevo «nasty party», prepotente, hueco y felón con su país.

A ver si el PSOE y España tienen más suerte con el siguiente. La sultana del sur, que no lo traga, prepara la mudanza.

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