VIDAS EJEMPLARES
Misil errado
Cayetana se equivoca a la hora de señalar
CAYETANA Álvarez de Toledo, de 40 años, se formó como historiadora en Oxford, donde también completó su tesis. De su capacidad de estudio y competencia en su materia no cabe duda (he escuchado elogiarla hasta a un erudito del calibre de sir John Elliott). Desciende de una muy linajuda familia, es marquesa y ha tenido la fortuna de poder llevar una vida cosmopolita y acomodada, diferente a la del común de los españoles: infancia en Londres y paso luego por Argentina, siempre en colegios de élite, estancias en el piso paterno en París, caballos, navegación mediterránea… En 2006 se incorporó al PP, donde siempre ha mantenido unas legítimas posiciones muy críticas con Rajoy, y llevaba siete años como diputada.
Tras las elecciones de mayo, que ganó el PP, pero con una acusada pérdida de poder por el pacto de Sánchez con Podemos, Cayetana escribió un relevante artículo en ABC exigiendo un nuevo liderazgo en su partido. Ahora ha publicado otro en «El Mundo», donde trabajó hasta su paso a la política, en el que anuncia que no se presentará en unas listas encabezadas por el actual presidente (faltaría saber también si el PP la querría, pues tanto derecho tiene ella a la crítica como su partido a considerarla desleal en una situación muy difícil y no contar con ella).
Cayetana, que despacha la recuperación económica y que se haya evitado el rescate como si fuesen anécdotas a pie de página, tiene razón cuando sostiene que Rajoy no ha aprovechado su mayoría absoluta para una regeneración de calado y también cuando señala «vacilaciones contra la corrupción». Pero el grueso de su crítica se fundamenta en cómo ha llevado el desafío catalán, y ahí creo que se columpia. El Mariano pachorras que tanto la enerva es curiosamente el único presidente de nuestra democracia que no ha pasado por la taquilla del nacionalismo (Aznar incluido). Es también el que se ha negado a reformar la Constitución al son del apremio sedicioso, desoyendo los cantos entreguistas de nuestra inteligencia más granada. Es quien apoyó que Mas fuese denunciado por haber vulnerado la ley siendo el máximo representante del Estado en Cataluña (denuncia que al periódico prosocialista de Madrid le parece «un error mayúsculo y un abuso político», porque al parecer si se trata de Mas la justicia debe quedar en suspenso). Y como no podía ser de otra manera, el fatídico Mariano ha remachado siempre que mientras él sea presidente jamás permitirá que se rompa la igualdad entre los españoles (una obviedad, pero Sánchez no lo haría).
Concuerdo en que el PP se está quedando antiguo, que necesita democracia interna a raudales y que sus episodios de corrupción (más aznaristas que rajoyistas, por cierto) son bochornosos. Pero justo en el tema catalán, Mariano el del «plasma» –otro topicazo, pues comparece más que Zapatero– ha estado en su sitio. Porque el problema está en otro lugar, Cayetana: en un PSOE que palanganea con la unidad de España, en una intelectualidad progresista avergonzada de su país y que con una inmensa empanada confunde patriotismo con franquismo y en la cesión en su día de las competencias en educación a las comunidades. Misil errado. En el conflicto catalán has disparado al pianista.