vidas ejemplares

Terapia de grupo

«He dividido a las familias, he engañado, he arruinado a los míos…»

Año 2017. Un pequeño grupo forma un anillo de sillas en una sala discreta de iluminación amortiguada. Se encuentran en un centro de asistencia social con una psicóloga y van a iniciar una terapia de grupo. La terapeuta, una mujer cincuentona con quevedos y un acento reposado similar al de Jorge Valdano , toma la palabra: «Se trata de que hagan una exposición sencilla de sus pautas de conducta para que aflore el conflicto. Del reconocimiento saldrán la liberación y el crecimiento personal. Comiencen presentándose y cuenten con sinceridad radical su historia. Vamos a empezar por usted», dice señalando a un hombre en sus primeros sesenta, de mandíbula cuadrada con hoyuelo, que antaño debió ser retadora y afirmativa, pero que ahora se acomoda sobre el pecho en un gesto de recogimiento introspectivo. El hombre yergue la cabeza y deja ver un flequillo-tupé enhiesto, que ya va caneando. Retira sus gafas de quita y pon, carraspea y arranca con su historia:

« Me llamo Artur y fui político . He dividido a familias, he engañado a sabiendas y he arruinado a los míos». El hombre respira hondo, menea la cabeza pesaroso y calla. «Continúe, por favor».

–He creado odios donde no los había. He enfrentado a familias enteras, padres e hijos enojados por un desafío xenófobo que desaté sin necesidad alguna. He sido incongruente, obcecado y caprichoso. En el año 2002 yo mismo decía que el independentismo era algo anticuado, oxidado, un camino que sería frustrante e irresponsable. Pero luego… No sé qué me pasó. Me asaltó el prurito de ser Moisés y emprendí un camino que ha sido mi ruina, la de mi partido y una herida en el corazón de mi país. En 2010 gané con 62 escaños. En vez de darme por satisfecho, me dejé llevar por aquella obsesión separatista y solo dos años después convoqué elecciones otra vez para que el pueblo respaldase por todo lo alto mi proyecto. Pero perdí doce escaños. Solo tres años después, en 2015, lo volví a intentar. Quemé las naves y rompí la coalición con la que siempre habíamos gobernado en Cataluña. Siendo un partido burgués y democristiano nos aliamos en una lista única con Esquerra . Aquello fue un disparate. Yo era el candidato a presidente pero iba de cuarto; quisimos convertir unas elecciones autonómicas en un referéndum… Fue un error. Pese a toda la propaganda desde el poder, la fruta no estaba madura y perdimos. Por el camino engañé mi pueblo. Les decía que separados seríamos más ricos, cuando la verdad es que ni podríamos pagar las pensiones . Mentí también sobre la Unión Europea, me hice el loco sobre la corrupción del 3% y la de los Pujol , cuando yo era arte y parte en aquel mundo. Intenté destrozar la legalidad del Estado con una consulta prohibida, siendo yo el máximo representante del Estado en Cataluña y sabedor de que no hay democracia en el mundo donde eso no te lleve al juzgado (y en las más serias, a la cárcel). He gestionado mal, siempre con los presupuestos fuera de plazo, con la deuda catalana convertida en bono basura. Me llamo Artur, sí, y creo que la he...

–Suénese y beba un poco de agua. Creo que por hoy ya es más que suficiente..

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