El ejército de Pancho Villa

Para los periódicos, estas circunstancias son momentos soñados. Encontrarse con equipos de gobierno que suman tanto sectarismo y tal desconocimiento de las formas de gobierno en una democracia es un placer profesional. Entre otras cosas porque casi no hay que hacer nada para levantar noticias. Te lo dan todo hecho. Hay tanto a lo que referirse en esta materia que aplicaremos el criterio periodístico de Miguel Ángel Aguilar a la hora de analizar el interés informativo de ABC por «el bordillo de Medel», aquel carril bus que implantó el concejal Valentín Medel a la puerta de ABC en la calle Serrano en la segunda mitad de la década de 1980. Decía Aguilar entonces que el interés de un suceso para el informador (y para el lector, añadiría yo) es tanto mayor cuanto más cercano es el acontecer del hecho relevante.

Con ese criterio, el Ayuntamiento de Madrid es en esta hora noticia de primera página. La mañana de ayer fue digna del mejor cine de enredo. Irrumpió la alcaldesa en las páginas del diario italiano «La Repubblica» explicando que quizá se habían equivocado con la web de censura periodística «V. O.». Su aliado, Antonio Miguel Carmona, deseoso de demostrar que existe, quiso apuntarse una victoria atribuyéndose la rectificación de la alcaldesa. Lástima, porque después aparecía en Twitter la nudista sacrílega que funge como portavoz del ayuntamiento y explicó que pese al acuerdo entre Carmena y Carmona nada va a cambiar en la Casa de la Villa y Corte –acéptenme la metáfora, claro, porque a la nudista sacrílega lo de trabajar en la Corte debe de generarle erisipela.

No contentos con eso, poco después en la cuenta de Twitter de la alcaldesa se explicó que la dichosa página web «no cambia». Es decir, que o bien la alcaldesa es capaz de decir una cosa y la contraria en la misma mañana, o quien le hace los tuits a la alcaldesa está más alineado con la portavoz nudista sacrílega que con su propia jefa. Porque lo que ya nadie puede dudar es que este equipo que ha llegado a Madrid confirma el viejo principio de que una imagen vale más que mil palabras. Y la foto inaugural de los veinte concejales de Ahora Madrid en Las Vistillas ya nos indicaba lo que los hechos están demostrando: que Madrid está gobernado por el ejército de Pancho Villa. Es difícil un cúmulo mayor de incompetencia, falta de criterio y desgobierno generalizado. Pero es el resultado normal cuando damos en las urnas el poder a una panda que cree estar firmemente unida por oponerse a algo –incluso a lo que sea– y cuando se llega al despacho hay que ponerse a gobernar sin saber siquiera las comidas sociales que reparte el ayuntamiento cada día. Esta alcaldesa llegó al cargo sabiendo apenas dónde está el edificio del ayuntamiento, más que nada porque seguiría yendo allí a echar en los antiguos buzones de correos su correspondencia.