COSAS MÍAS
El asesor de Harvard
Ciudadanos tiene un solo líder, Rivera, y una organización montada al calor de las grandes expectativas
Albert Rivera tiene un asesor de Harvard, como todo el mundo sabe, pues el propio Rivera lo ha destacado en varias entrevistas para contrastarlo con el «no como otros que tienen a Floriano». En demostración del habitual aldeanismo español que se fascina con un doctorado en Estados Unidos como el de Luis Garicano, pero desprecia un doctorado en España como el de Floriano. Aunque el asesor de Harvard no tenga ni idea de política, como es el caso. Pero, además de un asesor de Harvard, Rivera tiene un asesor imputado, ese diputado del Parlamento catalán, Jordi Cañas, al que hizo dimitir para recolocarlo inmediatamente como asesor de un europarlamentario.
Dos problemas evidentes de Ciudadanos, y también del nuevo partido emergente, Podemos. La soberbia del líder, que ahora también quiere jubilar de la política a los que hayan nacido antes del 78, y las contradicciones sobre la corrupción. Exigencia máxima para los demás y trucos habituales para sí mismo, incluida la justificación de que lo de su diputado no es corrupción sino un tema personal y que si lo han contratado es porque tiene un máster en Comunicación, no sé si por Harvard, y porque sabe mucho de lo suyo. Pero no son esos dos problemas los principales obstáculos para la conversión de Ciudadanos, o de Podemos, en un partido mayoritario llamado a gobernar España.
Ciudadanos será un tercer o cuarto partido, pero no podrá sustituir al partido mayoritario de la derecha. De la misma manera que no lo han logrado los liberales británicos desde el centro ni el UKIP desde la extrema derecha con el partido mayoritario de la derecha británica. Más bien le puede pasar a Ciudadanos lo que a los liberales, incluso antes de gobernar, que se desinfle. A pesar de las tremendas expectativas levantadas por la encuesta del CIS y por todas las que se están publicando en las últimas semanas. Por dos problemas, más importantes aún que el exceso de soberbia y la incoherencia con la corrupción. La confusión ideológica y la organización.
Cuando un partido presume de tener asesor de Harvard aunque el asesor no sepa nada de política, indica que se centra en la estética pero descuida las ideas. Que no sabe Ciudadanos si son ideas de izquierdas, de derechas o de todo lo contrario, y mucho menos el asesor. Como para saberlo los votantes, que le podrán apoyar como voto de castigo al PP, pero no como opción de Gobierno para España en el medio y largo plazo. Porque los votantes deciden ideológicamente más que estéticamente. Y les gusta el impecable aspecto de Rivera, les suena bien que tenga un asesor de Harvard, pero quieren principios y líneas ideológicas claras, una vez superado el estado de enfado con el PP.
Y luego quieren, además, organización eficaz, disciplina de partido, sí, en contra de las simplezas que se oyen, y mismo mensaje en todos los lugares. Y, por el momento, Ciudadanos tiene un solo líder, Rivera, y una organización montada al calor de las grandes expectativas que dice una cosa diferente en cada sitio y cada semana. Y lo mismo está a punto de apoyar a Susana Díaz que de hacer un Tinell contra el PP en alguna otra comunidad. Y eso que aspiran a ser la alternativa del PP. Con Susana Díaz y con los del Tinell. Es lo que tiene un partido con asesor de Harvard, que el título, aunque sea de Chicago, queda bien, pero de contenidos está más bien flojo.