HORIZONTE

No sólo españoles

Quienes ves pasear a tu lado ¿sienten más lealtad por el Rey de España que por el Rey de Marruecos?

Ramón Pérez-Maura

Melilla. Sábado, 19.30. A la puesta de sol el paseo marítimo está concurrido. Esta zona de la ciudad está habitada muy mayoritariamente por cristianos, pero el paisanaje al borde de la playa, a esta hora del fin de semana, es otro. El paseante escucha el estruendo de coches de lujo y gran cilindrada, que pasan conducidos por personas con aspecto racial árabe, con las ventanillas bajadas y música ensordecedora. Por la concurrida calle los melillenses hablan en su inmensa mayoría árabe. Unos pasos más atrás, un quinteto de adolescentes féminas musulmanas, casi todas con la cabeza cubierta. Quizá a la única que exhibe su cabello todavía no le ha llegado su hora. Sorprende oír su conversación. Hablan árabe con jolgorio, riendo, gritando. El oyente nada comprende salvo que, cada pocas frases, se intercala en el árabe claras expresiones castellanas con acento perfecto: unas veces son tacos de grueso calibre –especialmente para jovencitas– otras, simplemente blasfemias. Es obvio que para estas musulmanas es mucho menos grave ofender a Dios que a Alá.

En este contexto, el paseante se pregunta sobre el futuro de la convivencia en Melilla –y en toda España– entre musulmanes y cristianos. La primera duda es si quienes ve pasear a su lado sienten más o menos lealtad por el Rey de España que por el Rey de Marruecos. Y la duda tiene razón de ser. Como es conocido, España y Marruecos no aceptan compartir ambas nacionalidades. Y a quien quiera que preguntes en Melilla, autoridad civil, militar o director de instituto, te explica que casi todos los musulmanes con pasaporte español tienen su «nequa», su carnet de identidad marroquí. Por compasión se hace la vista gorda: los marroquíes no consienten la entrada en su territorio de ningún Mohamed o Hussein con papeles españoles. ¿Imaginan que un Manuel Pérez Gómez con pasaporte marroquí no pudiera entrar en España? Los españoles estamos consintiendo un flagrante incumplimiento de la legislación española: que otros españoles tengan una segunda nacionalidad que no les está permitido tener.

Cuando debates con dirigentes de la comunidad musulmana sobre la necesidad de integrarse en la cultura a la que han venido a acogerse, la réplica más habitual es escuchar que los que son de segunda generación ya son musulmanes españoles desde su nacimiento, con los mismos derechos que los cristianos españoles. La discusión sobre el encaje cultural sigue siendo válida en esos casos, pero pensemos en cuántos musulmanes hay en Ceuta o Melilla que siguen manteniendo una nacionalidad a la que como españoles no tienen derecho. En los institutos de educación pública de Melilla y hasta terminar la ESO, el porcentaje de musulmanes es un 60 por ciento. Españoles con los mismos derechos que todos nosotros y que pueden tener, ilegalmente, pero la tienen, otra nacionalidad...

No sólo españoles

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación