HORIZONTE

Se llevaron poco

Los bajorrelieves de los palacios de Nínive y Nimrud que alberga el British Museum estarían hoy destruidos

Ramón Pérez-Maura

Todos hemos visto con estupor el asalto de los bárbaros yihadistas al museo de Mosul. ABC lo llevó a su portada el pasado viernes con el título «A golpes con la civilización» y la descripción de cómo se arrasaron a martillazos las estatuas de Nínive de aquel museo. Y ante semejante barbarie me vino a la cabeza la imagen de doña Amal Clooney –de soltera Amal Alamuddin. Esta señora, que celebra grandes bodas venecianas de varios días de duración, está en la batalla de recobrar los frisos y esculturas del frontón del Partenón que hoy están ubicados en el British Museum, después de que lord Elgin se las comprara al Imperio Otomano. No me perderé en los detalles de esa disputa. Pero me sirve como paradigma. Porque actitudes como la de la señora Clooney serán heroicas, pero serían igualmente aplicables a tantas otras piezas presentes en el museo.

Huelga decir que los bajorrelieves de los palacios de Nínive y Nimrud que alberga el British Museum hoy estarían hechos migas si no se los hubiesen llevado los británicos. Igual que las Tablas de la Ley de la Iglesia Ortodoxa Etíope o los bronces de Benín, por mentar algunos de los muchos ejemplos posibles. Y quien dice esto del museo londinense puede aplicar el mismo criterio a museos de Berlín, Nueva York o París. Menos mal que albergan obras que, de estar en sus lugares de origen, quizá habrían dejado de existir.

Y, a partir de ahí, ¿qué ha dicho la Alianza de Civilizaciones –en la que García-Margallo se empeña en dilapidar nuestro dinero– sobre la barbarie de Mosul? ¿Esto no es causa para elevar la voz? Claro, que antes de que Zapatero crease esa alianza con los fundamentalistas turcos ya existía para este tipo de menesteres la Unesco, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Una entidad que sobrevivió a la jefatura que ejerció en ella Federico Mayor Zaragoza –y eso es heroico. Tampoco parece que en esta organización que ahora encabeza la socialista búlgara Irina Bokova se haya declarado el estado de conmoción ante la destrucción de aquello que la Unesco debe defender.

Y entre la naciente progresía española, la de Podemos, me cabe la duda de si su silencio ante esta barbarie se deriva de su incultura enciclopédica o de su voluntad de no molestar a sus sostenedores iraníes, a los que este tipo de arrase nunca disgustó.

En fin, en este contexto conviene recordar el afán de doña Susana Díaz, candidata a la reelección como presidenta de Andalucía, por entregar la mezquita-catedral de Córdoba a los musulmanes. El ejemplo de sus hermanos de fe es un motor del buenismosocialista andalusí. ¿Tiene decidido la señora Díaz a qué sector del islam haría entrega? ¿Ella es más de que se suba al minarete un chií o un sunní? De los de Alí Jamenei o de los de Al-Bagdadi. Conviene que nos advierta porque, como no nos quedará más remedio que convertirnos, por lo menos no nos equivoquemos de rama...

Se llevaron poco

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