VIDAS EJEMPLARES

La Expo

La economía mejora, pero de ahí a presumir en una muestra itinerante…

Luis Ventoso

Aunque queda más guay dar a Rajoy por amortizado y abogar por enviarlo al hogar del pensionista a jugar al parchís y probar con su segunda, algunos somos tan carcas que pensamos que está siendo un correcto presidente. Entre sus numerosos hándicaps, los apologistas del relevo incluso señalan que no es «joven», por lo que estaría biológicamente incapacitado para entender «el tiempo presente». Es decir, que ya no tiene cuarenta y tantos, edad en la que se posee una clarividencia que por lo visto permite ver cosas ininteligibles para los ancianos de 59 años. Qué vergüenza Roosevelt y Churchill, dos abuelos salvando a la democracia en la guerra más dura de la historia, en lugar de quedarse en casa con una mantita y una sopa y dejar paso a los jóvenes para «abrir un tiempo nuevo». Otras coplas del romancero del relevo rezan que Mariano es «demasiado gallego» y «deja que los problemas se pudran».

El famoso Mariano a veces mete la zueca, claro (ha eludido las reformas de modelo que esperaban sus votantes y le ha costado demasiado plantarse contra la corrupción). Pero evitó aquel rescate que exigía y anunciaba un azorado grupo mediático, ha convertido la recesión en crecimiento (con el sacrificio de todos), y España y Reino Unido son los países grandes de la UE que más crecen. En cuanto a Cataluña, es el único que no aboga por saltarse la legalidad y premiar al sedicioso con prebendas a costa del resto de los españoles. Por todo ello, ha hecho bien en empezar a poner en valor su gestión, pues de lo contrario podrían escurrírsele las elecciones.

Pero de lo sublime a lo ridículo media un paso. España ha salido del pozo, pero en modo alguno es una verbena. Por eso resulta histriónico que Cospedal, Báñez y Arenas, que todavía anda por ahí, presenten en Génova en pleno sábado una exposición itinerante que recorrerá España loando los éxitos económicos del Gobierno. El guionista se ha pasado de rosca. Una cosa es destacar aplomadamente que las cosas van mejor, y otra montar exposiciones triunfalistas en un país con 3,3 millones de parados de larga duración y 728.000 familias sin ingresos. Se ha mejorado, pero la curación queda lejos. La tasa de desempleo en España es del 24% (10,5% en Francia, yendo de pena, y 13,2% en Italia, yendo aún peor). El salario medio en España es de 26.000 euros (36.000 en Francia, 41.800 en Reino Unido).

Nada le sienta mejor al político que el sentido común y la humildad. Pero escasean. Otro ejemplo: sobrevuela nuestra vida pública el oráculo del Sur, la «joven» Susana Díaz, que con rostro compungido y trascendental, con cara de cómo nadie se da cuenta tengo que decirlo yo, que sí que sé, se pasa el día ofreciendo su magisterio a la nación. ¿Y cómo tiene su casa el oráculo del Sur? Diez puntos más de paro que la media española, desempleo juvenil del 62%, casi un 40% de la población en riesgo de exclusión social, abandono escolar del 35%. Con esas cifras, y sin grandes visos de mejorarlas, debería aplicarse la célebre máxima de Wittgenstein: «Sobre aquello de lo que no se puede hablar hay que guardar silencio». Pero hoy nuestros jóvenes políticos piensan que Wittgenstein es… ¿Una marca de cerveza de Lidl?

La Expo

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