HORIZONTE

Ahora hacer algo mal es «incumplir el protocolo»

No se presta atención a la epidemia catalana, mucho más nociva y por la que responde Artur Mas

Ramón Pérez-Maura

Ese idioma que Antonio Burgos llama el tertulianés se emplea mucho para ser políticamente correcto. Y como estas pandemias se contagian con más rapidez y facilidad que el ébola, ahora nos encontramos que es en los comunicados oficiales donde se empieza a usar ese lenguaje de circunloquios cuyo objetivo es no llamar a las cosas por su nombre. El ejemplo más evidente lo hemos tenido en estos días de tragedia para Teresa Romero: una persona en grave peligro de muerte no puede haber hecho nada mal. Aunque lo mal hecho sea sólo erróneo y no implique malicia alguna. El ser humano se equivoca. En ocasiones con consecuencias para terceros. Y aquí pudo haberlas, y muy serias. Pero ni aun así se puede decir que la auxiliar de enfermería lo hizo mal. Decimos que cometió un error de protocolo. Como si se tratara de la Reina Letizia viendo el desfile de la Fiesta Nacional sentada.

La tragedia del ébola nos puede enseñar también las diferencias entre cómo ha reaccionado Estados Unidos a la muerte del primer enfermo de ébola en territorio norteamericano y al contagio a la enfermera que lo atendió y las reacciones que ha habido ante idénticos hechos en España. Yo no he visto a nadie arremeter contra Obama, contra su secretaria de Salud, Sylvia Mathews Burwell, ni contra el gobernador de Texas, Rick Perry, que es uno de esos republicanos malos, malísimos, más de derechas que Rajoy y todo su Gobierno sumado. Allí se ha visto la necesidad de enfrentar una emergencia nacional, y los norteamericanos lo han hecho como siempre: con la seguridad de que el enemigo es el ébola, no quien lleva de vuelta a casa a los compatriotas que estaban en África voluntariamente. Porque en España se critica mucho la repatriación de misioneros, pero nada el pago de rescates a terroristas para que nos devuelvan a miembros de ONGs que se dedican a hacer rallies por el desierto para llevar ayuda humanitaria en lugar de embarcarla y mandarla por mar con toda seguridad.

Cuando el pasado 25 de septiembre moría el misionero Manuel García Viejo, ABC le dedicó una portada monográfica. «El País» no creyó que el óbito de ese hombre entregado a los demás mereciera ser una de las siete noticias mencionadas en su portada. Había que buscarla en la página 36. En «El Mundo» fue la menos destacada de las siete noticias contenidas en su portada. Es que sólo era un misionero.

Y así, mientras hablamos de «incumplir el protocolo» no se presta atención a la epidemia catalana, mucho más nociva y por la que responde Artur Mas. No, no hablo de la amenaza de sedición. Hablo de los diez muertos por legionela que lleva acumulados la sanidad catalana en un mes. Eso sí es una pandemia y no el ébola.

Ahora hacer algo mal es «incumplir el protocolo»

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