El 15-M congrega a 2.500 jerezanos
La comitiva partió de la plaza del Arenal a las 20.00 horas, tras la lectura de un manifiesto contra el Pacto del Euro Los 'indignados' se echaron a la calle y reivindicaron pacíficamente sus derechos
JEREZ. Actualizado: GuardarNo les gustan las etiquetas, porque no se sienten de aquí ni de allá. No son 'perroflautas', ni 'antisistema' ni ninguno de esos calificativos que consideran peyorativos o, cuanto menos, alejados de la realidad que les concierne. Ellos simplemente se definen como 'indignados' en el término más estricto de la palabra: enfadados, heridos, molestos profundamente por una clase política que creen que no está a la altura de aquellos a los que supuestamente representa.
Ayer, el movimiento del 15-M consiguió congregar en Jerez en torno a 2.500 jerezanos que recorrieron las calles más céntricas de la ciudad en una marcha pacífica, algo que ha caracterizado a los 'indignados' de la plaza del Arenal desde que comenzó su andadura. La marcha se inició en la citada plaza con la lectura de un manifiesto que también siguió la tónica general del movimiento y que estuvo marcado por un frontal 'no' al llamado Pacto del Euro.
«El sistema está enfermo e impone los intereses de los poderes financieros por encima de todos»; «Nos imponen recortes sociales y la insolidaridad» y «Solo unos pocos se hacen dueños del pastel», son algunas de las frases recogidas en el manifiesto que los asistentes aplaudieron con entusiasmo. A pesar del calor reinante a las ocho de la tarde, 'indignados' de toda clase y condición se fueron sumando a la comitiva en la que se pudieron ver muchos jóvenes, pero también mayores, matrimonios, grupos de amigos e incluso familias con carritos y niños pequeños.
«Aquí todo el mundo tiene que arrimar el hombro; sin concienciación social no se va a cambiar nada», se escuchaba decir a una manifestante. Aunque el discurso inicial arrancó con todas las críticas y reproches posibles a la clase política, el mensaje final no dejó se ser alentador: «Una ola de conciencia está recorriendo nuestras calles y estamos convencidos de que el futuro nos pertenece», sentenciaron. «La sociedad está despertando; tenemos la razón y un arma invencible: nuestra resistencia pacífica».
En esta línea, se reconocieron a sí mismos como reescritores de la historia de la ciudadanía, y orgullosos pasearon por el centro de Jerez con pancartas en las que se podía leer: 'No somos mercancía'. En cuanto a sus exigencias, de sobra ya conocidas, destaca el que se acabe con el «servilismo» a una banca a la que apuntan como la gran responsable de la crisis en la que el mundo se ha visto sumergido. Además, abogan por un aumento de las ayudas sociales, una mejora en la calidad de la educación y un impulso al pequeño y mediano comercio, entre otras muchas reivindicaciones que se resumirían en que «todo no lo paguen los de siempre, los ciudadanos de a pie y los más necesitados».
Otro de los puntales fuertes de su lista de exigencias es el cambio de la Ley Electoral, que a su juicio fomenta el bipartidismo y con ello distorsiona el espíritu democrático. Aunque con la manifestación de ayer haya quien piense que ya se ha puesto el punto y final al movimiento, los 'indignados' jerezanos prometen que esto es solo el principio y ni siquiera han decidido si retirarán el campamento. Solo el tiempo dirá si lo que han iniciado espontáneamente se consolida y de verdad puede contribuir a cambiar el sistema.