Guitarrista y cantaor brindaron por el éxito de hoy. :: CRISTÓBAL
Jerez

Un 'Niño' que ya no lo es tanto y un grande del toque, en el Palacio

El guitarrista Ramón Trujillo y el cantaor El Niño de la fragua ofrecen hoy sus recitales sin micro en Villavicencio

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Había ganas de volver a escuchar la guitarra de Ramón Trujillo en el Festival de Jerez. Y lo mismo sentía él, de ahí que ayer agradeciera a la organización de la cita flamenca que haya contado con él en esta edición de 2010. «Estaré solo con unas palmas y una cajita», dijo el veterano tocaor en la presentación de su recital, que abrirá la sesión de esta tarde en el Palacio de Villavicencio.

«Habrá tarantos, rondeñas, alegrías, tangos, bulerías y soleás», dijo el guitarrista. «Me gusta la fusión pero voy a hacer cositas de aquí, lo más puro», explicó. Junto con su compañero en el cartel, Pedro Garrido 'El Niño de la fragua', afirmó que «sin megafonía el sonido es más limpio, aunque más comprometido. Así es como se demuestra lo que uno vale».

Con esta ilusión regresa Ramón Trujillo al Festival de Jerez, después de una temporada de ausencia en la que ha viajado fuera de las fronteras patrias: «Además de Madrid, he estado en Alemania y en Suiza. Volver aquí y tocar solo, además de una gran responsabilidad, es retornar al sitio en el que quería estar. Espero que sea el inicio de una larga amistad con Jerez», dijo.

Reivindicación de la madurez

Tras la media hora de guitarra magistral de Ramón Trujillo, le tocará el turno al cante de El Niño de la fragua: «Quiero demostrar que ya no soy el niño que era cuando empecé, que voy madurando y dando pasos hacia delante», dijo convencido. En su recital habrá malagueñas, fandangos, alegrías, soleás y bulerías de la tierra: «Mi punto de apoyo es mi abuelo Tío Juane y mis tíos. He partido del ambiente y de las vivencias de mi familia y a partir de ahí he descubierto un mundo muy amplio y profundo», dijo el cantaor, de 26 años.

Además de las raíces cantaoras de sus parientes, El Niño ha bebido de otras fuentes de inspiración como los artistas «Manuel Torre, Mojama o La Niña de los Peines: «Ante todo, me considero un gran aficionado al flamenco. Es una suerte haber nacido en esta familia y en Jerez, que es una escuela sin igual en el mundo», continuó.

El bautismo de fuego de esta tarde en el festival es para Pedro Garrido «un regalo». El joven representante de la saga fragüera empezó a despuntar en el cante flamenco siendo un adolescente y desde entonces asegura que se ha movido mucho «aunque no tanto en Jerez» ya que «esta ciudad es la cuna del cante y ayuda mucho a la formación de los artistas flamencos pero si se quiere triunfar, no sé si es el lugar más adecuado», reconoció ayer.

Sobre su evolución en el cante, El Niño dijo sentirse contento: «A veces me sorprendo a mí mismo, siento que voy más allá», dijo. Aseguró, además, que en estos casos «los genes ayudan».