El naufragio del Nuevo Pepita Aurora no es el primero que sufre la flota pesquera barbateña. El 8 de diciembre de 1960 la desgracia se apoderaba del municipio, que por entonces contaba con apenas 20.000 habitantes, al conocerse el hundimiento del barco Joven Alonso con 39 tripulantes en su interior. No hubo supervivientes y jamás se encontraron cadáveres que dieran fe de la tragedia. Simplemente, desapareció. Aquella terrible noticia conmocionó Barbate durante meses, ya que, todos conocían o tenían algún lazo familiar con algún miembro de la tripulación del Joven Alonso. Durante semanas se buscaron rastros del barco y el tiempo fue pasando sin que se supiera nada más, a excepción de unos pocos enseres que aparecieron en una playa del norte de Marruecos.
Hoy en día todavía se habla del hundimiento de este barco como de una verdadera desgracia para el municipio y el suceso tiene a su alrededor un halo de misterio al no hallarse tan siquiera un tablón de la embarcación. Ramón Torrejón, un pescador jubilado del municipio, recuerda sus 74 años los hechos como si hubieran sucedido ayer. Ramón trabajaba en un barco que faenaba junto al Joven Alonso aquel día por lo que vivió la tragedia de cerca. «Era un día con mucho temporal de Levante, con una condiciones meteorológicas similares a las que se han dado en el naufragio del Pepita Aurora», asegura, aunque las crónicas de la fecha relatan que ya por la noche se desató una fuerte tormenta con lluvia torrencial y fuertes relámpagos. En tales condiciones volvía la flota barbateña de faenar en el caladero marroquí «pero en aquella época los barcos eran traíñas de madera así que en vez de venir directamente, cruzábamos el Estrecho hasta llegar a Algeciras y allí amarrábamos los barcos». Ramón ya había llegado con su barco al puerto algecireño cuando conoció la noticia de que el Joven Alonso había desaparecido frente al Cabo Espartel. «Los tripulantes de los barcos que navegaban al lado no vieron nada, estaba allí y de pronto ya había desaparecido en un vaivén del temporal». Ante el misterio, los marineros tienen una explicación sencilla, «la zona donde se hundió el Joven Alonso tiene muchas rocas en el fondo así que lo más probable es que el barco quedara atrapado entre las rocas con toda su tripulación en el interior de forma que no ha vuelto a salir a flote», explica Ramón. El suceso dejó casi una cuarentena de viudas y un centenar de huérfanos en el municipio.
