Si cada calle tiene su historia, resulta inconcebible no hacer una parada en la memoria para prestar atención a una calle jerezana de tanto valor a nivel histórico y sentimental como es la calle Tornería. Jerezanos y turistas, se dan cita en este estrecho paso que sirve de enlace entre plazas tan concurridas como Rafael Rivero, Alameda del Banco y la Plaza Plateros. Diferentes aires pasan por esta calle, donde abundan los comercios, así como los bares que dan ambiente y alegría a esta zona.

Históricamente, el nombre de la calle Tornería viene del gremio de los torneros, porque en ella residían los dedicados a este oficio. Las calles de las inmediaciones de este barrio igualmente están denominadas con el nombre de los oficios de sus vecinos, como las calles Sedería o Chapinería. Los historiadores datan el nombre de esta calle en 1477 porque aparecía en el padrón de Moneda Forera de San Marcos. Aunque allá por 1206, en el reparto de las casas, en el número 294 de San Dionisio figura un moro tornero, cuyo nombre no aparece. En mayo de 1916 la calle se rotuló Alfonso X El Sabio, en 1979 se vuelve a renombrar como Tornería, en ambas ocasiones por acuerdo municipal.

En el número 6 de esta calle tan típicamente jerezana estuvo el Colegio del Santo Ángel, que se inauguró en 1875, fecha en que se establecieron estas religiosas del Santo Ángel de la Guarda en su nueva sede. En el año 1978 se cerró el antiguo edificio del colegio por encontrarse en estado ruinoso y en su lugar se construyó uno nuevo que le da belleza a esta zona. Actualmente en esta finca se ha construido un bloque de pisos, donde se han establecido los comercios Cocotour agencia de viajes, Galería de Arte Francisco Daza, Bordados Ana María y el taller joyería Modu. Anteriormente estuvieron abiertos la Cooperativa Jerezana o el Tabanco del Clavo. Además de las casas familiares de los Garvey, que actualmente le dan nombre al Hotel Palacio Garvey, y de los Rivero. También se estableció en esta calle la Cámara de Comercio, donde en la actualidad se encuentra el Casino Jerezano que se trasladó en noviembre de 2003, y la que anteriormente fue casa de los Domecq Díez. Desde su peatonalización Tornería ha cambiado, se ha convertido en una calle muy transitada por turistas y jerezanos.

El director del Hotel Garvey, Juan Martínez Mir, vuelve la vista atrás a hace unos años cuando tomaron la casa familiar de los duques Garvey que se construyó en 1850. Hace tan sólo cuatro años compraron este edificio, aunque el hotel sólo lleva activo un año y tres meses, desde el 6 de marzo de 2005. Han intentado, ante todo, como comenta el gerente mantener la estructura del edificio, las escaleras, los techos. Son elementos originales de cuando esta familia tan importante de la ciudad habitaba en ella. Aunque han llevado a cabo una dura tarea de rehabilitación, de la que Martínez Mir confiesa algunos detalles: «Hay suelos manchados porque es un edificio muy antiguo, no hemos podido arreglar eso», todo ello como muestra de la antigüedad de esta zona del casco histórico de la ciudad. Una de las cuestiones más polémicas que ha surgido en esta calle se refiere a la semipeatonalización. Las posturas se dividen, ya que mientras algunos de los bares, como Tutinaja reclaman la total peatonalización, de cara a mejorar el servicio a sus clientes, ofreciéndoles una terraza donde disfrutar tranquilamente sin el bullicio de vehículos, la joyería Modu tiene una postura contraria. Su propietario Martín Moreno cuenta que montaron su negocio hace 22 años cuando apenas había locales comerciales en la zona. Entonces, la calle tenía circulación propia porque no estaba peatonalizada y tenía salida a Cristina. Uno de los recuerdos de su propietario es que antes se localizaba aquí el colegio del Santo Ángel. Martín afirma que «desde la peatonalización de la calle he notado una afluencia mayor de viandantes, aunque los negocios no han mejorado mucho. Nosotros por suerte nos mantenemos aquí gracias a nuestro constante trabajo».

Nuevos comercios

Tornería invita a instalar nuevos negocios, sobre todo, en el aspecto hostelero. Por esta razón en los próximos días se abrirá la nueva heladería-cafetería Fragole Infinite. Será principalmente un lugar distinguido donde venderán helados artesanales hechos con la pasión italiana. Según su propietario Paolo Manccini, «nosotros mismos haremos los helados artesanalmente con todo el cariño posible e imaginable». Este comercio tendrá una ventana a la calle para despachar los helados por la imposibilidad de establecer mesas fuera debido a la estrechez de la vía. Paolo abrirá este negocio con su mujer, Maribel. Ambos están muy ilusionados con este nuevo proyecto, que «se ha retrasado por temas burocráticos» asegura. «Es una calle muy transitada y muy céntrica, está en un lugar estratégico por la posición de las plazas próximas donde se encuentran muchos bares de tapas, por ello esperamos que el negocio prospere».

Otro nuevo comercio de Tornería, Costa y Sierra, dedicado a la venta de exclusivas marcas de vino y productos selectos de la zona. El vino como producto típico de nuestras tierras y manjar para las papilas gustativas de todos aquellos turistas que recorren nuestras calles, se ha hecho un hueco como era de esperar en esta calle tan jerezana. Costa y Sierra es un comercio que abrió sus puertas el mismo día de Reyes y que, a pesar de su apertura hace escasos meses, ha logrado hacerse un hueco, quizás debido a su estupenda localización. Su propietario afirma que lo que ha querido hacer es «situar en esta tienda a las pequeñas bodegas de Jerez», como él mismo dice, poner aquí aquellos vinos más peculiares y de mayor valor que hay muchos jerezanos que ni siquiera conocen junto a un gourmet selecto. «A mí me gusta mucho el centro jerezano y este local tiene cerca la oficina de Turismo, es lugar de paso para ir a San Marcos, las bodegas, la Seguridad Social, el Catastro o el Sanatorio», comenta su propietario, ensalzando los beneficios de este incomparable punto del centro jerezano.

La cervecería Gorila abrió sus puertas en el año 2002 dándole auge tanto a la calle Tornería como a la Plaza Plateros. Este insigne bar, que alberga tanto a turistas como a jerezanos, mantiene el nombre de lo que antes era una zapatería muy conocida en la ciudad, Zapatería Gorila.

Modernidad

La empresa Viajes Cocotour, situada en la finca número 6, comenzó su andadura en el centro de la ciudad hace apenas dos años. En un principio, sus propietarios no confiaban en el resultado comercial del proyecto, pero después de cierto tiempo en funcionamiento, la agente de viajes, Ángela Falla, asegura que el negocio «está teniendo mucho éxito porque al encontrarse en un lugar de tránsito mucha gente hace una parada en este comercio».

Los jerezanos que habitan los hogares de Tornería son pocos y la mayoría afirman vivir en esta calle por ser un punto envidiable del centro de la ciudad. Destacan, sobre todo, cómo se impregna Tornería de olor a incienso durante la Semana Santa. La calle se convierte en un verdadero rincón mágico para los devotos de esta celebración de la Semana Mayor. Los balcones se llenan de personas expectantes al paso de las procesiones. Los vecinos pero se quejan por las continuas obras. Otro día hablaremos de la pilona situada en la confluencia con la plaza Rafael Rivero, que también tiene su particular historia.