El calor de los últimos días sigue sin dar tregua a la campaña de remolacha, y a casi un mes de su fin las primeras cifras de producción ya han quedado en el olvido.
Así lo explicó ayer el secretario técnico del Grupo Remolachero de Cádiz, José María Menacho, que apuntó que, literalmente, «la remolacha se está cociendo en el campo».
Las altas temperaturas que ya causaron estragos en el inicio de la campaña no han dado ninguna tregua y tras la ola de calor de los últimos días el desánimo ha calado entre los productores de la zona que «hace tiempo que dejaron de hablar de ésta como una buena campaña», insistía Menacho.
Y es que las cifras les dan la razón, porque por culpa de las pudriciones y los cocimientos de las plantas las previsiones iniciales de producción en la provincia se han vuelto a rebajar. De este modo, si de las 800.000 toneladas que se contemplaban en un principio se pasó a hablar de unas 760.000 -según los aforos-, ahora el número ya está en torno de las 735.000 ó 740.000.
En palabras del secretario técnico del Grupo Remolachero, «todo ha ido a mal desde el principio, y la remolacha que parecía ir muy bien en el mes de abril comenzó a estropearse en mayo y así hasta ahora». «Es una lástima, porque todos los productores tenían unas expectativas tremendas en esta campaña que es la última antes de la entrada en vigor de la OCM», añadió Menacho.
En esta situación, con la incertidumbre del futuro y sin que les salgan los números por muchas vueltas que les den, los remolacheros de la provincia de Cádiz continúan con las entregas de remolacha en las dos fábricas que Ebro Puleva tiene en Jerez.
Hasta el día de ayer, ya se habían entregado unas 456.000 toneladas del total previsto. De media, las polarizaciones -nivel de sacarosa de la remolacha- que están alcanzando las plantas se sitúan en los 18,1 grados, mientras que los descuentos -por las piedras o tierra que hay que restar al precio- están en un 11,8%.